Puracé en alerta naranja: señales claras de riesgo volcánico en el Cauca

Foto | Cortesía SGC | LA PATRIA El volcán Puracé ha emitido una advertencia clara. La alerta naranja no es un espectáculo ni una exageración, es una llamada a la acción basada en datos científicos verificables.

Desde el pasado 30 de noviembre de 2025, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) elevó a alerta naranja el nivel de actividad del volcán Puracé, ubicado en el departamento del Cauca, una decisión que responde a un cambio significativo en el sistema volcánico.

No se trata de alarmismo, sino de una advertencia técnica fundamentada que exige atención inmediata y coordinación entre autoridades locales, departamentales y nacionales. Incluso en la tarde de este miércoles 3 de diciembre hubo una fuerte emisión de gases y ceniza volcánica.

Carlos Alberto Vargas Jiménez, profesor del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional y miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, explicó que “la probabilidad de una erupción en el corto plazo ha aumentado”, aunque no se puede establecer una fecha precisa.

“El volcán se destapó por dentro”, afirmó Vargas. “Aumentaron las emisiones de gases, la energía sísmica asociada a movimientos de fluidos y la salida de ceniza, lo que indica una mayor presurización interna”.

¿Qué implica la alerta naranja?

Contrario a lo que muchos piensan, alerta naranja no significa erupción inminente, sino un aumento de la inestabilidad del volcán, con mayor posibilidad de que ocurran explosiones freáticas o freatomagmáticas.

Estas pueden suceder de forma súbita, sin mucho preaviso, y generar afectaciones locales como caída de ceniza, emisiones de gases tóxicos o flujos de lodo volcánico (lahares).

Los datos recopilados por el SGC entre el 25 y el 29 de noviembre muestran un patrón claro: mayor actividad sísmica de largo período y tremor, correlacionada con emisiones persistentes desde el cráter.

Las columnas de gases y ceniza han alcanzado hasta un kilómetro de altura, lo que confirma que el sistema hidrotermal del volcán está en plena reorganización.

Comunidades en riesgo: prevenir antes que lamentar

Las comunidades cercanas al volcán —como Puracé, Coconuco, Paletará y áreas rurales de Popayán— deben ser las protagonistas de la prevención. La experiencia del país, especialmente la tragedia de Armero en 1985, recuerda que ignorar las señales de la ciencia puede ser mortal.

En palabras del profesor Vargas: “Todavía hay tiempo para movernos sin caos, cuidar vidas sin improvisación y fortalecer la confianza entre la comunidad y el Estado antes de que el volcán hable más alto”.

Gestión del riesgo: ¿quién debe actuar?

La respuesta ante una emergencia volcánica en Colombia está claramente definida por la Ley 1523 de 2012, que otorga a alcaldes y gobernadores la responsabilidad primaria de activar los planes de evacuación preventiva, apoyados por el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SNGRD).

La estructura de acción es la siguiente:

  1. Los alcaldes deben declarar la evacuación preventiva y, si es necesario, la calamidad pública.

  2. Las gobernaciones coordinan transporte, albergues, ayudas y asistencia técnica.

  3. La UNGRD financia y ejecuta la operación a través del Fondo Nacional de Gestión del Riesgo.

  4. La Fuerza Pública y organismos de socorro garantizan la logística, seguridad y bienestar de las personas evacuadas.

  5. La comunidad participa activamente en el proceso con apoyo institucional y solidaridad intermunicipal.

La falta de recursos no es excusa para la inacción. El sistema está diseñado para que ningún municipio enfrente la emergencia solo.

Evacuar con empatía: no es una orden, es responsabilidad social

Evacuar no se limita a emitir decretos. Implica comprender que detrás de cada familia hay una historia, un arraigo y una vida que no se reemplazan fácilmente. Por ello, las autoridades deben asegurar:

  • Albergues dignos, con servicios básicos y alimentación.

  • Registro de animales y bienes, para reducir el miedo a perderlo todo.

  • Protección de viviendas evacuadas, para evitar saqueos.

  • Acompañamiento psicosocial, fundamental en contextos de trauma y desplazamiento.

Una evacuación bien planificada no solo salva vidas, fortalece la confianza ciudadana en el Estado. La corresponsabilidad no se impone, se gana con hechos.

¿Qué sigue para el volcán Puracé?

Los científicos siguen monitoreando minuto a minuto los cambios del volcán. Aunque el nivel de actividad actual no garantiza una erupción, sí advierte que el riesgo de explosiones menores o moderadas ha aumentado, y por tanto, la preparación debe ser inmediata y coordinada.

El foco no debe estar en el miedo, sino en la acción oportuna. Como recordó Vargas: “El Puracé tiene su propia historia, su propia mecánica y su propio riesgo, suficiente por sí solo para exigir seriedad sin necesidad de apelar al miedo global”.

Las autoridades y la comunidad tienen una ventana de oportunidad para actuar con responsabilidad, humanidad y eficacia. La prevención, una vez más, no espera presupuesto.

 

* Esta información se realizó con el apoyo de la agencia de Unimedios de la U. Nacional.


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