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Deportivo Pereira podría correr la misma suerte del Cúcuta Deportivo que desapareció, estuvo dos años sin competir y empezó de nuevo en la segunda división
Deportivo Pereira cayó del abismo. Lo que los hinchas Matecañas más temían, ya sucedió. El Ministerio del Deporte anunció que suspendía el reconocimiento del club, y con ello, la institución podría desaparecer.
Los escenarios que aparecen para el club son devastadores, pero todos podrían solucionarse, con la aparición de un nuevo dueño. Como si el equipo risaraldense hubiera entrado en un laberinto, y solo pudiera salir de ahí con el mítico hilo de Ariadna.
Sin embargo, como en las administraciones de Álvaro López, máximo accionista del club, todo lo que sucede al interior del Pereira, es hermético y oscuro.
Tanto así que se anunció el 20 de noviembre un nuevo propietario que sería presentado el 27 de noviembre, pero justo un día antes cancelaron la rueda de prensa por la ausencia en la ciudad del representante legal.
Ese miércoles 26 de noviembre se conoció el nombre de la empresa propietaria y nada más. Desde ese día solo hay silencio, incertidumbre y la sensación de que el club aurirrojo está suspendido en el aire solo a la espera de tocar el suelo.
De la subasta fallida al comunicado de MinDeporte
El abogado Óscar Alzate Gómez es un viejo conocido de la institución pereirana. Estuvo en las entrañas del club y ahora mira desde afuera el cúmulo de decisiones que tienen al club en la mayor encrucijada de su historia.
Alzate Gómez es magíster en derecho deportivo internacional, pero sobre todo, alguien que ha seguido de cerca la caótica vida jurídica del Deportivo Pereira durante más de una década.
“Lo que está pasando es la suma de todo lo que no se corrigió a tiempo”, dice mientras recuerda cómo un club campeón en 2022 terminó al borde de perder su reconocimiento deportivo y, en el peor escenario, su afiliación al fútbol profesional colombiano.
Para entender esta crisis, hay que remontarse al 2023, cuando el Juzgado Primero Civil del Circuito de Pereira cerró definitivamente la liquidación de la Corporación Social, Cultural y Deportiva (Corpereira).
Fue un proceso eterno: diez años de trámites que acabaron sin subasta y sin venta.
El juez tomó una decisión inusual: adjudicar el equipo a los 147 socios registrados, entre ellos exjugadores, técnicos emblemáticos y demás acreedores (incluso el equipo mexicano Santos Laguna).
Pero entre todos ellos, uno tenía la mayor porción: Álvaro López Bedoya, máximo accionista a través de tres empresas y la figura que desde entonces ha movido cada ficha dentro del club.
Ese dominio se extendió durante tres años, incluyendo la participación histórica en la Copa Libertadores 2023, un hito deportivo que nunca se reflejó en una reconstrucción institucional.
Entrar en el laberinto
Como sucede en la vida, la construcción de las tragedias no se hace de un día para otro. Por lo general responden al cúmulo de decisiones erráticas. Así como quien día tras día pone una pared nueva en el laberinto, la administración de López metió al Pereira en una crisis total.
Primero fueron los impuestos atrasados: renta, IVA de la boletería y obligaciones tributarias que, al no pagarse, terminaron en cobro coactivo por parte de la DIAN, con intervención de cuentas incluidas.
Luego aparecieron los incumplimientos laborales: salarios caídos, seguridad social sin cubrir y denuncias elevadas por los propios futbolistas ante Acolfutpro.
Ese ruido llegó a MinDeporte a mitad de año y desencadenó una investigación que, este 2 de diciembre de 2025, produjo el acto administrativo que hoy tiene en vilo a toda la ciudad.
“Es una suspensión que todavía no está en firme”, aclara Alzate. “Pereira tiene tres semanas (10 días hábiles) para presentar recursos y demostrar que ya pagó. Si lo hace, se revoca. Pero si no… ahí sí sería grave”.
Grave, pero no lo más grave.
Sanciones tras sanciones
A finales de octubre, el Ministerio del Trabajo notificó al club la orden de suspender completamente su actividad económica por incumplimientos laborales reiterados. En la práctica: cierre total.
Una acción de tutela permitió que el Pereira jugara los dos últimos partidos del torneo con sus juveniles, pero la medida provisional cayó a los diez días.
“Esas órdenes siguen vivas, y hay un reloj corriendo: si en estos días no demuestra que pagó, la multa puede ser entre uno y cinco mil salarios mínimos”, explicó el abogado.
Si reincide, la consecuencia sería aún más severa: cancelación del objeto social por parte de Cámara de Comercio y una posible orden de disolución de la sociedad.
Las deudas no son solo con el Estado. La Comisión Disciplinaria de la FIFA sancionó al Pereira por incumplir laudos arbitrales relacionados con derechos de formación y contratos con jugadores como Lucas Serna, Luis David Baez y el propio delantero argentino Gonzalo Lencina.
La consecuencia es simple y devastadora: el club no puede inscribir jugadores hasta que pague.
Y el tiempo juega en contra. El torneo 2026 se abre el 16 de enero. Si no hay plata, los jugadores actuales se irán buscando equipos.
“Esto solo se arregla con dinero. No hay otra salida”, sentencia Alzate. Las cifras que calcula rondan los $15 mil millones, incluyendo deudas laborales, tributarias e indemnizaciones.
Acolfutpro: “Es la misma ruta que llevó al Cúcuta a desaparecer”
Carlos González Puche, director ejecutivo de Acolfutpro, ha seguido el caso desde que los futbolistas empezaron a denunciar retrasos en febrero.
“La situación patrimonial del Pereira es muy, muy complicada”, asegura. “El Ministerio del Trabajo ya había suspendido las actividades de la empresa y la Superintendencia de Sociedades la tiene bajo inspección desde el 14 de noviembre”.
Para González Puche, la suspensión del reconocimiento deportivo es la consecuencia inevitable de todo lo que se ignoró durante meses. Lo que teme ahora es que el club no consiga los recursos para revertirla.
“Ojalá aparezcan capitales nuevos. Si no, el Pereira va a tener la misma suerte que el Cúcuta hace cuatro años”.
Un botín en disputa: qué pasaría con el cupo en la A
Mientras la ciudad intenta digerir el drama, varios clubes profesionales ya están mirando hacia Pereira como quien observa una silla que podría quedar vacía.
Según publicó EL TIEMPO, equipos como Envigado —recién descendido— y Patriotas, que quedó ad portas de ascender, estarían listos para pelear el puesto del Pereira en la A si el club pierde su afiliación.
El antecedente es cercano: en 2020, el Cúcuta Deportivo fue desafiliado por sus incumplimientos y, cuando volvió en 2022, tuvo que empezar desde la B.
Y los “nuevos dueños”, ¿dónde están?
Hace semanas, el Pereira anunció que la empresa Group Empresarios Full CCI Colombia Dubai S. A. S. era ahora la propietaria del club.
Aunque la hinchada pensó que el grupo tenía el ‘Hilo de Ariadna’ para sacar el equipo del laberinto, no han sido presentados, no han mostrado documentos y el club guarda un silencio desolador.
Lo único que se conoció el 26 de noviembre, es que el representante legal del grupo empresarial, llegaría esta semana (1 al 5 de diciembre) a la ciudad y sería presentado, pero no han anunciado nada desde el club.
Fuentes cercanas aseguran que Álvaro López estaría pidiendo 25 millones de dólares por la institución. Pero con la situación actual, ese precio se desploma.
No hay claridad. Y el reloj sigue corriendo.
82 años de historia a punto de perderse
La historia del Deportivo Pereira siempre ha sido una mezcla de épica deportiva y turbulencia administrativa. Pero esta vez, según los expertos, el precipicio sí está a la vuelta.
Si el club no paga:
- perdería su reconocimiento deportivo,
- no podría competir,
- sería suspendido de la Dimayor,
- y si supera seis meses fuera, sería desafiliado definitivamente.
“Algún día volvería. Pero volvería a la B”, dice Alzate. Exactamente como el Cúcuta, que regresó en 2022 y que solo en 2025 logró el ascenso a primera división.
Mientras los abogados hablan de recursos, sanciones y ventanas jurídicas, en Pereira solo se pregunta una cosa: ¿quién va a poner la plata para salvar al club? ¿solo hubo un interesado en comprar al equipo? ¿Hay otros empresarios dispuestos a asumir el control del Matecaña y sacarlo del laberinto? ¿Cuándo saldrá Álvaro López a responder por la situación del club?
Porque sin ese dinero, el equipo campeón de 2022 podría convertirse en el segundo gran desaparecido del fútbol colombiano en apenas cinco años.
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