El clavadista risaraldense tuvo una actuación impecable en la semifinal de clavados desde trampolín de 3 metros, alcanzando una puntuación de 423.80, logrando la décima casilla para pasar a la final y disputar las medallas olímpicas con los mejores del mundo.

En su primer clavado, Uribe mejoró el inicio que tuvo en la ronda anterior, empezando con una ejecución limpia de tres vueltas y media que fue valorada por los jueces con un 73,10. Con esa puntuación, el pereirano ocupó la casilla 8 de 18 deportistas, metiéndose en los puestos clasificatorios para la final.

En los siguientes ejercicios, Luis Felipe mantuvo su nivel, realizando clavados sobresalientes por encima de los 60 puntos. En su segundo intento fue calificado con 66,30 y en el tercero puntuó con 68,25. Su grado de dificultad seguía siendo de los más altos, y a pesar de pequeños errores al momento de entrar al agua, los jueces seguían reconociendo el talento del clavadista. A mitad de la competencia, el colombiano seguía en puestos clasificatorios, esta vez desde la décima casilla.

Uribe se mantuvo firme con calificaciones de 74,10 en su cuarto clavado, remontando dos posiciones. En su quinto ejercicio también superó la barrera de los 70 puntos, con una ejecución limpia a la hora de entrar en el agua y en los giros que dio en el aire. Su clavado final confirmó el gran nivel que tiene Uribe en los Juegos Olímpicos, lo que lo ha hecho resaltar en competencias a nivel suramericano como el mejor clavadista de la región.

Inicios de Luis Felipe Uribe

Luis Felipe creció viendo las piscinas de la Villa Olímpica de Pereira, donde sus padres trabajaban. Desde niño observaba cómo ese espejo de agua servía tanto para nadar como para realizar piruetas desde plataformas. Sin embargo, al principio le tenía miedo al agua.

Así aprendió a nadar, más por necesidad que por gusto. Sus primeros clavados los hizo inspirado, en parte, por su hermana, Viviana Uribe, quien ya intentaba toda clase de volteretas y figuras en el aire antes de ingresar al agua. Ella ha sido un apoyo constante, una referente y una cómplice en todo lo que ha logrado Luis Felipe en su juventud.

Ahora se enfrenta a la prueba de su vida, en la final de los Juegos Olímpicos contra los mejores clavadistas del mundo. Sabe que tiene la capacidad de ejecutar clavados de gran dificultad para alcanzar la medalla con la que ha soñado desde niño.

La final de clavados de 3 metros desde el trampolín será mañana, 8 de agosto, a las 8:00 am hora colombiana.

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