
Foto | Alcaldía de Dosquebradas | LA PATRIA | PEREIRA
Cerca de 13.000 personas se volcaron al Viacrucis entre Pereira y Dosquebradas, reviviendo una tradición que mezcla devoción, historia familiar y promesas cumplidas.
Cerca de 13.000 personas se volcaron al Viacrucis entre Pereira y Dosquebradas, reviviendo una tradición que mezcla devoción, historia familiar y promesas cumplidas.
Con paso firme, en silencio o entre lágrimas, caminaron desde el puente Zea hasta la salida en la Calle de las Aromas, atravesando un camino que no solo une dos municipios, sino también a generaciones enteras.
Este espacio de turismo religioso, que fue reactivado 29 años después por la administración del alcalde Roberto Jiménez Naranjo, volvió a llenarse de promesas, súplicas, agradecimientos y recuerdos.
La promesa de la fe
“Recorrimos el Viacrucis. Recorrimos el Viacrucis a pie limpio con la promesa como hay que hacerla”, expresó una visitante que, con la voz entrecortada, explicó que este año subió por su hija. “Vine pagando una promesa que le ofrecí al Señor para que mi hija cambie, porque ella está en las drogas. Quiero que salga de las drogas”.
Su testimonio conecta con una historia familiar aún más profunda. “A mi madre también le pasó. Ella subía el Viacrucis cada ocho días por mi hermano, a quien ya no le daban esperanza porque tenía cáncer. Pero gracias a Dios, y a su fe, ese niño se alivió. Se curó”.
Una tradición que revive memorias y vínculos familiares
Otras personas también vivieron la jornada como un reencuentro con el pasado. Una mujer, emocionada, compartió.
“Recuperando esos tiempos de hace 15 años, cuando lo subíamos desde el barrio. Me sentí muy cómoda, muy a gusto. Era como volver al tiempo, muchos recuerdos con mi madre, que era quien nos traía”.
Y agregó: “Tuve mis hijos en esta zona y me trajo muchos recuerdos. Estoy muy alegre de ver que el Viacrucis volvió a revivir”.
Para muchos, este sendero también representa el cierre de ciclos difíciles. Otra fiel declaró, con un tono descorazonado, que recorre el sendero como si fuera su última vez.
“Estoy por aquí porque estoy agradecida con nuestro Señor. Nosotros sufrimos mucho, pero después de entregarnos totalmente a Él, todo cambió. Hago este Viacrucis como si fuera la última vez. Creo que no volveré, pero me voy con el alma tranquila”.
Operativo de seguridad
La jornada ha sido acompañada por un dispositivo de seguridad 24 horas, liderado por el alcalde Jiménez, quien desde el miércoles y hasta el sábado permanece en el sitio, cumpliendo su promesa de estar al lado de la gente.
“Cumplí el objetivo de amanecer en territorio y voy a estar durante los siguientes días acompañando el proceso, dándole tranquilidad y seguridad a la gente, no solo a la de nuestro Departamento, sino también a los turistas”, dijo.
El día anterior (jueves 17 de abril) se registró la asistencia de 1.300 personas, y se esperaba una afluencia de al menos 6.000 el viernes santo, pero según informó la alcaldía, el número se duplicó.
“Gracias a cada persona que creyó en esta iniciativa, que puso su fe en movimiento y nos recordó que las tradiciones siguen vivas cuando las caminamos juntos”, expresó la Alcaldía. El Viacrucis ha dejado una huella profunda en las familias que, con pasos firmes, siguen caminando entre la fe, la memoria y la esperanza.
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