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LA PATRIA | MANIZALES
Entrada la noche del 16 de febrero del 2020, en vía pública del barrio Solferino, de Manizales, entre Andrés Mauricio Sánchez Soto, de 15 años, y Alexánder Toro Hernández, habitante del sector, se presentó una confrontación que inicialmente fue verbal y luego pasó a la agresión física.
Toro Hernández empleó un arma cortopunzante con la que, en medio del cruce de lances, le ocasionó al joven una única lesión en la zona baja del abdomen, de tal gravedad que acabó con su vida. Por este crimen lo condenaron en primera y segunda instancia.
En juicio se indicó que la pelea empezó con una discusión entre el hermano de la víctima y el hoy condenado, lo que llevó al quinceañero a "parársele" a Alexánder con una navaja. Este último se salvó de una lesión por una chaqueta que portaba. Ahí la situación no pasó a mayores, porque llegó una patrulla policial.
Alexánder Toro, en vez de solicitar auxilio uniformado, se metió a su casa para minutos después salir armado, a emparejar la agresión, que consistió en una cuchillada letal que le propinó al menor, que había tropezado con unas escaleras.
El quinceañero fallecido, según declaración de sus propios familiares, era "conflictivo y tenía problemas, por lo que solía mantener armado". A Alexánder lo condenaron a 17 años y 4 meses de prisión por la muerte del menor.
Alegan legítima defensa
El abogado defensor del hombre que cometió el asesinato pidió que se le reconociera la legítima defensa.
"Este punto de su regreso a la calle con un cuchillo lo aleja de esa necesidad de defensa y lo ubica en un escenario de voluntariedad hacia la contienda, al desafío que implica manifestar que, si alguien quiere pelear, se está presto", dijo el Tribunal.