Estados Unidos e Israel proponen tomar el control de Gaza
Señor director:

Tras 18 meses de conflicto álgido en la franja de Gaza e Israel, se llegó a un acuerdo temporal de cese al fuego entre el grupo palestino Hamás y el Gobierno israelí con la intervención de Estados Unidos. Hamás liberaría paulatinamente a rehenes secuestrados tras los ataques en territorio israelí en octubre del 2023; y, por su parte, Israel pausaría los bombardeos y ataques a la población en Gaza y Cisjordania, liberar cientos de presos palestinos recluidos en cárceles y permitiría el paso de ayuda humanitaria.
Cumpliéndose parcialmente lo pactado, el presidente Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, presentaron un plan para Gaza. EE. UU. pretende tomar el control de la franja, incluso militarmente si es necesario, para demoler la destruida ciudad y; según dijeron, reconstruirla bajo sus propios parámetros y convertirla en la Rivera del Medio Oriente. Retirarían a toda la población asentada en la zona, reacomodándola en países vecinos de Jordania y Egipto, si así se requiere. Esta propuesta fue rechazada por las autoridades palestinas, el grupo Hamás y en gran parte por la comunidad internacional, incluidos el gobierno egipcio y del reino jordano.
El plan concretaría no sólo la toma del territorio de Gaza y el desplazamiento forzado de su gente, sino también una limpieza étnica del pueblo palestino, como aseguró el exsecretario general de la ONU, Antonio Guterres; postura que ha sido replicada por líderes internacionales. La propuesta está estrechamente relacionada con el genocidio que viene ocurriendo desde finales del 2023. Sobre este punto es importante recabar que Palestina, país reconocido por gran parte del mundo, incluyendo Colombia, es víctima de ocupación ilegal y sistemática de Israel, que desde hace décadas viene invadiendo gradualmente sus territorios, forzando al retiro de sus habitantes y perpetrando la muerte violenta de miles de ellos para apropiarse del territorio e implementar allí su sistema de gobierno, económico, cultura y hasta religión.
Todo esto indica que el plan genocida ha cobrado mayor relevancia en tanto se viene materializando con la masacre del pueblo palestino y la invasión de su territorio. No se trata sólo de una operación militar para erradicar a Hamás, como lo ha reiterado el Gobierno de Israel, sino que está encaminado a destruir también a la población civil. Múltiples ataques han sido dirigidos contra zonas residenciales, hospitales, edificios públicos y albergues con refugiados. Aunado a que las tropas israelíes han obstruido repetidamente el paso de ayuda humanitaria hacia Gaza con elementos esenciales requeridos por enfermos y damnificados.
¿Es un plan viable y benéfico, o por el contrario atenta contra la población y puede resultar en un acto de lesa humanidad?
Sergio Posada Tamayo, abogado y analista político.
 

¿Qué hacemos con la libertad de prensa?
Señor director:

La libertad de prensa es, igual que muchas otras representaciones humanas, una idea porosa cuyos intersticios son aprovechados con todo tipo de intenciones, desde las sanas hasta las perversas. El periodismo deportivo es un caso especial de este problema, solamente superado por el periodismo político; compartiendo ambos un interés y un objeto común: el manejo de las pasiones. Un periodista ecuánime y sensato está generalmente llamado a fracasar entre los fanáticos de un deportista o de un equipo, igual que entre los radicales seguidores de un personaje o de un movimiento político.
El periodista conoce todo esto mejor que nosotros y, atendiendo a su mayor o menor responsabilidad personal y social, a su experiencia y a su propia necesidad de visibilidad y/o de supervivencia, elige su camino. En los medios deportivos hay quienes se inclinan por la fórmula de obsesionarse negativamente con un determinado personaje, con lo cual, seguramente, atraerán a quienes gustan de las pasiones destructivas, no de las creativas. No hace mucho tiempo fue figura en los medios deportivos nacionales un periodista cuyo plato diario y predilecto era despotricar de Álvaro González Alzate. Hoy tenemos otro que gusta hacerlo con James Rodríguez (a quien yo tampoco considero un ídolo, pero no por ello justifico esta negativa actitud).
En el medio local tenemos a un periodista deportivo cuya obsesión (aunque él la llame “claridad y concepto”) es demeritar por todos los medios posibles el trabajo del técnico Hernán Darío Herrera y del jugador manizaleño Alejandro García. Nada de lo que hacen tiene mérito. Si aciertan es sólo por azar. Al técnico no hay que escucharlo en las ruedas de prensa porque “seguramente no va a decir nada”, ni tampoco opinar sobre lo que hizo o no hizo dentro de sus funciones porque “para qué desgastarse”. Quienes vimos al Once Caldas jugando un rescatable segundo tiempo con el Fluminense, fuimos engañados por “espejismos”. Los cambios para el segundo tiempo con Equidad no tienen nada que ver con el técnico.
Si antes de la rueda de prensa no se sabe qué jugador va a acompañar al técnico, y, para desgracia del periodista, Alejandro García se ha jugado un buen partido, entonces pronostica que seguramente su compañero será “Alejito”, diminutivo utilizado con un sentido despectivo, no propiamente cariñoso.
Si el Once Caldas gana jugando bien, lo lograron los jugadores. Si gana jugando mal, lo que importa son las formas. Si pierde jugando bien, lo que importa son los resultados. Como no hay técnico que dure muchos años, ni afición que lo resista, tarde o temprano el periodista de marras verá cumplidos sus deseos, pero muchos manizaleños le agradeceremos al “Arriero” el trabajo realizado con una nómina de jugadores muy “normalita”.
Jorge O. López V.

La riqueza no es mala
Señor director:

Ni los ricos son malos, ni la riqueza es mala. Lo que hace buena o mala a una persona son sus buenas o malas acciones. Lo que hace que la riqueza sea buena o mala es el buen o mal uso que se haga de ella. Con objetividad y sin entrar en detalles que conduzcan a polémicas morales o éticas, lo más práctico es analizar y sacar conclusiones sin abusar del utilitarismo pragmático. La riqueza produce bienestar y ayuda a tener éxitos, progreso y desarrollo individual y colectivo. Los ricos, los empresarios y las personas con cierta capacidad económica son los que pagan sus impuestos y sostienen el Estado, dan empleo. En consecuencia, ¿cuál es la lógica política de tener aversión por el capital y paralelamente por los ricos? ¿Por qué las tendencias políticas de izquierda fomentan el odio a los ricos y la animadversión por el capital? Es cierto que existe un gran desnivel en la sociedad, que tiene su origen en los ingresos económicos. Los gobernantes deberían buscar estrategias para aliviar las carencias de unos frente a la abundancia de otros. ¿Por qué unos tienen todo y otros no? No importa si es la derecha o la izquierda, lo importante sería que existiera conciencia social para ampliar la base de la pirámide, creando bienestar con equidad y justicia. Unos y otros cabalgan sobre los más necesitados buscando asegurar para ellos lo que ofrecen y saben que utópicamente no se lograría. Ponen cara de pobres viviendo en los mejores barrios o en sectores privilegiados. Engañan con artilugios. Seguro que si no robaran los que son profesionales en robar, las cosas serían diferentes. ¿Pero, cómo se van a acabar los corruptos si existe la corrupción y quienes la ejercen son los que manejan los dineros del Estado combinado con poder? Con ese dinero muchos pobres dejarían de serlo y podrían producir progreso y riqueza para ayudar a otros.
Elceario de J. Arias Aristizábal

El camarlengo y la Cámara Apostólica
Señor director:

Camarlengo o camerlengo (del latín eclesiástico “camerarius” = camarero, chambelán) es el título de dignidad del cardenal que preside la Cámara Apostólica o del que ocupa la Sede Vacante.
La Cámara Apostólica administraba el “Patrimonium Sancti Petri”, el Patrimonio de San Pedro, constituido por los Estados pontificios y las rentas correspondientes, esto antes de la reunificación de Italia y del Tratado de Letrán. Hoy la Cámara es prácticamente una junta honorífica.
Atentamente,
Un profesor

Aeropuerto en el aire
Señor director:

Parodiando a Escalona, nosotros podríamos cantar con Robledito “yo quiero hacer un aeropuerto en el aire para que allí solo aterrices tú”. Lo anterior se me ocurre viendo la cantidad de trabas que ha tenido una construcción tan simple y sencilla como un aeropuerto dizque del café. Esto es tan elemental que hasta la mafia habilita pistas de un día para otro con el fin de transportar sus cargamentos. En cambio nosotros no hacemos sino pelear y dar papaya para que unos vivos se roben lo presupuestado. En este caso los que más están sufriendo son los palestinenses, pero no los extranjeros sino los vecinos de Chinchiná a quienes ya les están diciendo que hay que acabar con el pueblo para alargar una pista inexistente. Palestina, digámoslo con seriedad, ya no es lo que antes era: un próspero municipio cafetero, encantador por sus paisajes, sus fértiles tierras y por la nobleza de sus gentes. Lo repito, nos dejamos creer de un ingeniero buena gente que se mantenía soñando con imposibles y ahí está el fracasado invento convertido en una triste realidad.
Bernardo Molina Marulanda.

Los recicladores
Señor director:

Si usted no sabía, aquí se lo digo con toda seriedad: Quienes también hacen todo posible por volver inmunda la ciudad son algunos recicladores. De una parte observamos que le hacen bien a ciertos lugares porque recogen cartones y desechos, pero de otra, como los chulos, rompen las bolsas, vacían las canecas y esparcen las basuras sin ninguna consideración. Es difícil que los recicladores no hagan esto, pero son malsanas costumbres que parecen imposibles de erradicar. Qué le vamos a hacer si así somos y así nacemos, como decían nuestros queridos abuelos.
Bernardo Molina Marulanda.

Carta a Flavio Restrepo Gómez
Estimado doctor:

Atendiendo su maravillosa columna Actores sociales ejemplares, en la que realza la gran labor de personas o familias que contribuyen con el bienestar de nuestra sociedad; me he tomado el atrevimiento de enumerar personas y entidades que se encuentran en la sombra; realizan una gran labor en favor de nuestra ciudad y que contribuyen a que esta ciudad sea tenida como una de las mejores para vivir. Le enumero algunas de ellas, sin que sean todas.
- Los señores RECOLECTORES DE BASURA. Que realizan un oficio tan desagradable que ninguno de nosotros lo haría. De día o de noche, en verano o invierno; como dicen “llueva, truene o relampaguee” realizan esta incansable labor que hace de nuestra ciudad una de las más limpias.
- Las GUARDIANAS DE LA LADERA. Gracias a ellas la ciudad no sufre como antes en épocas de invierno. Desde tempranas horas dejan sus familias para internarse en inhóspitas zonas para asegurarnos el bienestar y la tranquilidad que disfrutamos.
- Los famosos DOMICILIOS. De todo orden: el que nos hace llegar el refrigerio para que no nos mojemos o resfriemos; el de los medicamentos que nos quitó las colas en las droguerías dispensadoras; en las tiendas y abundancias que facilitan la labor en el hogar. Estos personajes sí que nos colaboran con nuestro bienestar.
- Los novedosos CORRESPONSALES. No sé cuáles serán sus ingresos, pero qué servicio el que nos prestan. Recuerden pedir permiso para pagar los servicios públicos o realizar un giro.
- Qué decir de los TRANSPORTADORES. Desde tempranas horas recorren la ciudad colaborando a los ciudadanos que requieran de sus servicios.
Estos son algunos personajes que se vienen a mi mente. Teniendo en cuenta que muchos de nosotros no somos partidarios de diezmos, predicadores, etc., qué bueno sería si se tiene a bien se brindara una propina, una merienda, un pan, una fruta, un tinto, un jugo o lo que usted imagine como agradecimiento a tanta bondad.
Jose Apolinar Vivas C.

Brigada antigrafitis
Señor director:
Como aquí pasan tantas cosas malucas y todos nos quedamos calladitos, porque esa es parte de nuestra idiosincrasia, qué bueno sería que hombres, mujeres y niños, todos a una como en fuente ovejuna, nos convirtiéramos en vigilantes de la cuadra, de la calle o del barrio, y persiguiéramos con todo rigor a los grafiteros fantasma que están destruyendo la belleza de la ciudad.
Es que cualquier persona pinta su casa y al día siguiente la encuentra hecha una porquería, llena de inmundos mamarrachos e ilegibles letreros hechos con aerosol.
Hagamos algo, denunciemos y castiguemos a esta banda antisocial a ver si eliminamos tan degradante costumbre.
Bernardo Molina Marulanda

La consulta popular, fórmula electoral inapropiada
Señor director:

Por la millonaria inversión, el poco tiempo que dispone la Administración del presidente, Gustavo Petro, y la proximidad del debate electoral, realizar una consulta popular no es conveniente para Colombia; es una gestión electoral, así sea con base en la Constitución, inapropiada.
Convocar a una consulta popular, ante el archivo del proyecto de reforma laboral en el Senado, es un hecho desgastante para el Gobierno y causará una inversión de muchos millones que afectará las finanzas del Estado. El gasto para realizar una consulta popular, estimada según entendidos en la materia económica y las finanzas, entre 250 mil millones y 300 mil millones de pesos, no está contemplado en el presupuesto general de la Nación para el presente año.
Además, el tal fracaso del acuerdo nacional que tanto menciona el presidente Petro nunca ocurrió; es más, en la discusión de los proyectos de salud y laboral no hubo consenso con los voceros de los gremios económicos. Todos y más aún el jefe del estado debemos respetar y acoger las decisiones del ejecutivo, el legislativo y el judicial. Según lo dice la Constitución son las tres ramas separadas e independientes del poder público, para garantizar el equilibrio del Estado y, por lo tanto, Gustavo Petro debe dar ejemplo a la comunidad colombiana y no convocar a movilizaciones o manifestaciones públicas a la ciudadanía.
Resulta interesante destacar la frase del analista político Héctor Riveros en varios programas de Caracol TV y otros medios de comunicación, al aseverar: “La campaña no termina y el Gobierno no empieza”.
Jorge Giraldo Acevedo

Sobre los peajes
Señor director:

Es cierto que el sostenimiento en buenas condiciones de transitabilidad de una carretera cuesta dinero; es cierto que proporciona bienestar, seguridad y comodidad y además se gana tiempo; pero también es cierto que los precios son exagerados y, no sólo los peajes, un vehículo es algo que ya no se puede tener por los altos costos que genera su mantenimiento. Todo es muy oneroso: combustible, SOAT, revisión tecnicomecánica, impuestos, insumos, el lavado, el mecánico cuando se “enferma”, zonas azules, parqueaderos, garajes y, mejor dejemos de hacer cuentas, para no incluir las infracciones, que a veces por imprevisión o descuido y no nos escapamos de ellas.
Sí, sabemos, porque no somos tan inocentes, ni ingenuos, que la presión que se está ejerciendo para que eliminen peajes es politiquera, pero no por ello deja de ser racional y justa. Coherente con lo expuesto, es mejor no tener vehículo particular y viajar, aunque no sea muy cómodo, en transporte público. Sí, que suspendan, sino todos, al menos uno o dos peajes, pero que ayuden a la economía de quienes aún insisten en tener algo tan costoso que encarece cualquier salida, así sea muy cerca, como bienestar que contribuye a la salud personal y familiar.
Sí, que los eliminen todos o al menos los que se puedan para descongestionar el bolsillo de los viajeros evitando su asfixia económica y pueda fluir la economía de los centros recreativos, restaurantes y negocios a lo largo de las vías. Sí, que quiten esos peajes, que están a tan poca distancia unos de otros “desangrando” el bolsillo de quienes desean y necesitan salir a recrearse como algo básico en la integración familiar o tengan que desplazarse por razones de trabajo o diligencias. Sí, que los erradiquen o que los trasladen a otros lugares o por lo menos los rebajen significativamente; es decir que hagan algo, pero que lo hagan.
Quién lo creyera, pero los peajes son óbices, derrumbes en la carretera para que muchas personas se abstengan de viajar. Los ingresos de los colombianos no dan para tanto.
Elceario de J. Arias Aristizabal

Carta desde Palestina al presidente, Gustavo Petro
Señor director:

No sé si esta información se llegue a publicar, pero me gustaría que Colombia y el señor presidente, Gustavo Petro, la leyera. Es el clamor de un pueblo que soñó con un aeropuerto, es el anhelo de una comunidad que quiso un mejor futuro para sus habitantes, pero dicho sueño se ha convertido en la peor pesadilla. Nos han dejado sin pueblo, la plática para dicho proyecto voló antes que los aviones. Y lo peor de todo, nadie profundiza en el problema. No existen demandas a gran escala. Palestina está condenado al olvido. La población ha disminuido notablemente, no hay dónde vivir, los precios del predial son propios de los barrios más lujosos de Colombia, los terrenos son carísimos y si queremos construir o hacer una pequeña ampliación tenemos que pedir un permiso de altura a la Aeronáutica Civil de Colombia, no podemos hacer ya ni una habitación sin contar con la aprobación de la Aeronáutica o el famoso estudio de altura.
Altura para que los aviones fantasma no choquen con los edificios inexistentes. Claro que el pueblo quiere un aeropuerto. Pero esto es un sueño que no veremos muchos… Yo llevo 40 años escuchando lo mismo.
Éramos más felices antes de este sueño o pesadilla, y los habitantes tenían de qué vivir cuando contábamos con el café. Ahora ya hasta tienden a desaparecer los cafetales. Duele y mucho… Por favor, que alguien escuche al pueblo sin intereses políticos. Yo amo mi pueblo y no quiero que desaparezca.
Señor presidente, yo voté por usted desde España y confío en usted. Haga algo. Que no emigremos más hijos de Palestina, que no tengamos que marchar a otro lado. Y que no desaparezca el dinero de ese elefante blanco que parece el más grande del mundo. Que podamos reparar nuestras viviendas sin sacar los estudios de altura de la Aeronáutica. El pueblo es pobre y ya ha sido condenado hace mucho al saqueó. No tenemos para estudios si por no haber no hay ni un avión de papel.
Gloria Stella Teneche López


La doble moral
Señor director:

La doble moral de quienes son candidatos a cargos públicos, pues en campaña recorren las calles con una sonrisa a flor de piel fingida, abrazando a todo el que se encuentran en el camino, haciendo promesas, y cuando son elegidos el cambio es total como el camaleón. Es el caso del alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas Giraldo, a quien denominan el “emperadorcito” por la manera implacable como viene actuando con los vendedores ambulantes, de manera cruel e infame a través de la Policía; acorralándolos sin la mínima piedad y misericordia. Se le olvida al burgomaestre su origen humilde, de igual modo las personas dedicadas a esta labor trabajan honradamente, prestándole un servicio a la comunidad en aras también de llevar el pan para su familia. Ya son demasiados los abusos que se vienen dando, lo cual es reprochable a toda costa, sumados los atropellos de los agentes.
Álvaro Alzate Ussma

El bicentenario de Salamina
Señor director:

Cumplir dos siglos no es un asunto menor para el espíritu y la cotidianidad de un pueblo que estableció marcas, como se diría en el lenguaje coloquial, para ser distinguido en algún momento de su historia como “Ciudad Luz”, por sus brillantes hombres y mujeres de pensamiento y arte y luego como “Patrimonio Nacional”, por su atractivo paisaje urbano de calles empinadas en una montaña, con originales casas de bahareque y guadua y, otras coloniales, de portones señoriales y balcones engalanados con jardineras fijas y colgantes, donde coloridas y variadas flores hacen su danza, movidas por los acariciantes vientos del trópico.
Es explicable que las autoridades, en cabeza y liderazgo de su actual alcalde, abogado Manuel Fermín Giraldo Gutiérrez, hayan constituido, con suficiente anticipación, una notable y patriótica junta para que tal efemérides que se celebrará el 8 de junio próximo sea una oportunidad para mostrarse con un selecto y trascendente programa ante los ojos no solo de su propia y distinguida población, sino también de Caldas y del país.
Recuerdo que si bien el Sesquicentenario, fecha y celebración antecedente obvia a la que aquí nos ocupa, tuvo aciertos en su acontecer, también tuvo notables desaciertos que la ensombrecieron y a nadie más responsabilizar de ello, claro está, que al alcalde de entonces y a las demás autoridades del municipio que lo secundaron y que no tuvieron el alcance de ponerse a la altura de lo que significaba un cumpleaños histórico-social como el aludido, aunque quizás de menor importancia que el del bicentenario.
Esta nueva fecha, ya bastante próxima, ¡es un gran desafío para las actuales autoridades municipales!, que dotadas, se supone, de gran visión y talento, deben estar dispuestas a demostrar con este valioso acontecimiento y su normal ejercicio de autoridad, por qué el pueblo decidió elegirlos en su momento y confiarles su periódico destino. Es también esperable que tan distinguida fecha propicie un verdadero encuentro de reflexión y disfrute con la historia, la cultura, el arte y la sociabilidad y afecto legítimo por el terruño y que no se convierta en un espectáculo carnavalesco de ramplonería, vicio e inoportuno mal gusto o también de insana politiquería.
Por ello está bien el emprendimiento que se ha tenido de asumir varias obras, con fondos asignados por el Gobierno nacional, el departamental y quizás otros que no conocemos, como la restauración del teatro, la pavimentación del parque de San Félix, la iluminación del estadio y varias más de orden material, desde luego muy necesarias para el desarrollo de la ciudad, pero mal si no se da similar importancia y relevancia a hechos de la cultura que fueron los que más significado tuvieron cuando la misma, reiteramos, es declarada primero “Ciudad Luz” de Caldas y Colombia y luego “Patrimonio nacional” y que hoy lamentablemente son perceptibles en notable olvido y deterioro.
Señalo en un denso poema al final de la obra “Salamina Bicentenaria. Salamina, Ciudad Luz, Paisaje, Gente y Poesía” que busca camino sin mucho eco aún para que sea publicada y distribuida con ocasión de la célebre fecha, obra cuyos derechos sin costo cedo y que ojalá se haga realidad, ya que no es un favor, sino un homenaje generoso a la historia de la poesía salamineña, al paisaje y a la gente, como el título lo indica. Dice en su final el poema:
Grandes lecciones quedan
que legaron los ancestros,
en todas las manos queda
la salamineñidad noble,
inteligente y creativa,
el futuro desafiante
y ante ello, el Bicentenario,
más que una fiesta
debe ser un propósito,
una decisión de seguir
construyendo hacia el futuro
la mejor patria y dicha
que todos merecemos.
Arnobio Maya Betancourt, licenciado en Ciencias Sociales y Económicas, psicólogo organizacional, exfuncionario y asesor de la UNESCO en Centroamérica, escritor y periodista cultural.

Necesidades colombianas
Señor director:

La ciudadanía, los medios de comunicación y comentaristas, los voceros de los gremios, la iglesia y demás estamentos de la sociedad colombiana estiman que a la actual Administración de Gustavo Petro solamente le quedan 17 meses para ejecutar su Plan de Gobierno. A estas alturas no existe tiempo qué perder; ejemplo, ante la creciente inseguridad y el pésimo servicio en el sector de la salud Colombia no es potencia mundial de la vida, pero sí de la muerte. Francamente no vemos las realizaciones concretas, transcurridos los anteriores 2 años y 8 meses, el tal Gobierno del Cambio, hasta ahora, no lo hemos visto.
En la actualidad las más urgentes necesidades de Colombia son: Disminuir la inseguridad en las grandes ciudades y en el campo por el crecimiento de los grupos subversivos y la delincuencia; ejecutar medidas para acabar la inmoralidad administrativa en las entidades del Gobierno Nacional; trabajar en procura de acabar la pésima atención en los servicios de salud a través de las EPS; contribuir en la erradicación de la deficiente y demorada justicia; acabar los problemas de hacinamiento y sucesos de delincuencia desde las cárceles de todo el país; adoptar medidas para frenar el grave problema en el crecimiento de las alzas incontroladas en los servicios públicos, especialmente con el gas y la energía, los aumentos, en muchos casos, superan el 50 y 60%. Estas situaciones y otras más, ameritan una acción inmediata del Gobierno y del Congreso como órgano legislativo. Es lamentable lo que ocurre en todo el país y por lo tanto el presidente, Gustavo Petro, con su nuevo gabinete en pleno deben darle respuestas urgentes con medidas que eliminen o disminuyan los problemas de Colombia.
Jorge Giraldo Acevedo

Más y más basuras
Señor director:

Con mucho pesar por nuestra bella Manizales, una señora en Campohermoso me preguntó qué íbamos a hacer con tanto arrume de basuras y de escombros que la gente inculta arroja a diario en las calles y parques de la ciudad. Me dijo que porqué no nos poníamos serios y aplicábamos unas multas y unas sanciones severas a tan maleducados infractores. Es que el problema ha crecido, digo yo, hasta el punto que salir a la calle o a cualquier sitio es horrible, porque uno tiene que espantar los gallinazos que se alimentan de la carroña y de las inmundicias tiradas por ahí.
Emas barre y recoge las bolsas y canecas a un alto precio, pero no es suficiente.
Parémosle bolas a este que es un tema delicado en nuestra capital.
Bernardo Molina Marulanda.