A comienzos de este siglo, Manizales tomó una decisión estratégica: apostarle al cable aéreo como eje del transporte público urbano. La topografía montañosa y las vías estrechas limitan el funcionamiento del sistema tradicional de buses y busetas. Frente a estas condiciones, el cable se convirtió en una alternativa moderna, ágil y funcional para la ciudad.
La entrada en operación de la línea 3 del cable aéreo ha confirmado la pertinencia de esa apuesta. Desde el inicio de su funcionamiento, hace menos de dos meses, el número de usuarios diarios pasó de 9.000 a 17.000, una cifra que refleja su impacto positivo en la movilidad urbana. Los pasajeros reconocen, además, la reducción en los tiempos de desplazamiento entre distintos puntos de la ciudad.
La topografía de Manizales permite que a lo largo del recorrido de las tres líneas del cable, los usuarios disfruten de los espectaculares paisajes que ofrece la ciudad, lo que convierte esta modalidad de transporte en un atractivo turístico. Otro aspecto destacable es el diseño arquitectónico de las estaciones, resultado de un concurso de méritos, cuyas construcciones están embelleciendo y destacándose en los sectores donde fueron levantadas.
El reto para los próximos años será completar la red del cable aéreo. La próxima línea será la que conecte a la Ciudadela del Norte con el Centro, un sector que ha crecido de manera acelerada y que requiere un mejor servicio de transporte. Esta conexión permitirá avanzar hacia el cierre del denominado “diamante aéreo del transporte”, fortaleciendo la integración entre los distintos sectores urbanos de Manizales.
Con la puesta en servicio de la línea 3 surge ahora un nuevo desafío: implementar el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), cuyo propósito es mejorar la interconexión entre los diferentes modos de transporte. Ya se están dando los primeros pasos, como la demarcación de zonas de transición taxi–cable y bus–cable, visibles (entre otros sectores), frente al tradicional establecimiento “La Suiza”, en inmediaciones de la estación del Cable. Será necesario reorganizar las rutas de buses y busetas para que se integren con el cable y optimicen el servicio. Posteriormente, se deberán coordinar las tarifas, de modo que los usuarios puedan hacer transbordos sin pagar doble pasaje.
La tarifa diferencial para estudiantes de estratos 1, 2 y 3, actualmente aplicada al cable aéreo, busca aliviar los costos de transporte de los jóvenes de menores recursos. Este beneficio deberá extenderse a otros medios de transporte urbano y a todos los estudiantes de la ciudad.
El gran objetivo del SITP es precisamente beneficiar a los sectores populares y fomentar el uso del transporte público sobre el vehículo particular. Experiencias cercanas como la de Pereira, demuestran que la integración tarifaria y modal sí es posible y genera resultados positivos.
A todo esto se suma un nuevo desafío: la ciudad se está envejeciendo. Nacen menos niños y los adultos viven más tiempo. Adaptarse a esa realidad exige pensar el transporte con criterios de accesibilidad y dignidad. Para muchos mayores, subir a un bus o buseta representa un riesgo: el primer escalón es alto, el paso por la registradora es difícil y con frecuencia, el vehículo arranca antes de que logren sentarse, lo que es peligroso.
Sin lugar a dudas el cable es una excelente alternativa de transporte y tiene que ser el detonante de la implementación del Sistema Integrado de Transporte Público, lo que favorecerá a todos los ciudadanos.