Vivimos en un mundo en el que la atención es un bien en extinción.

Notificaciones, redes sociales, correos y una avalancha de información nos bombardean a diario, reduciendo nuestra capacidad de enfocarnos.

La ciencia es clara: nuestra concentración está en crisis, y si no hacemos algo, esta tendencia solo empeorará.

Aprovechemos la Semana del Cerebro para reflexionar y, más importante aún, tomar acción.

¿Por qué estamos perdiendo la capacidad de enfocarnos?

Nuestro cerebro no está diseñado para procesar múltiples estímulos a la vez. Sin embargo, la era digital nos empuja a hacerlo constantemente, llevándonos a la fatiga mental. Algunas de las principales razones de esta crisis son:

Sobrecarga de información. Recibimos más datos de los que podemos manejar, lo que genera estrés y bloqueos mentales.

Economía de la distracción. Las plataformas digitales están diseñadas para capturar nuestra atención, activando nuestros circuitos de recompensa y haciéndonos dependientes.

Tiempo de atención en caída libre. Un estudio de Microsoft reveló que hemos pasado de tener 12 segundos de atención en el 2000 a solo 8 segundos en la actualidad.

Estrés y ansiedad. Los altos niveles de cortisol afectan la corteza prefrontal, la parte del cerebro encargada del enfoque y la toma de decisiones.

Si no tomamos conciencia, la distracción crónica puede convertirse en la norma, afectando nuestra memoria, productividad y bienestar.

¿Cómo recuperar la atención?

La neuroplasticidad nos da una gran ventaja, podemos reentrenar nuestro cerebro para mejorar la concentración. No se trata de cambios radicales, sino de adoptar pequeños hábitos sostenibles. Aquí algunos micropasos basados en neurociencia:

1. Empieza el día sin pantallas: Mirar el celular al despertar inunda el cerebro de dopamina y nos hace más propensos a la distracción. Dedica los primeros 30 minutos a actividades sin pantalla, como estiramientos, respiración profunda o lectura.

2. Bloques de trabajo profundo: Agrupa tareas similares y evita interrupciones durante períodos de 25-50 minutos. Silencia notificaciones y enfócate para entrar en estado de flujo.

3. La regla de los 5 segundos: Cuando sientas la tentación de revisar el teléfono, cuenta mentalmente hasta 5 antes de actuar. Este pequeño freno fortalece el autocontrol.

4. Haz pausas estratégicas: El cerebro necesita alternar entre concentración y descanso. Cada 90 minutos, toma una pausa breve para caminar, hidratarte o respirar profundo.

5. Reduce el cambio constante de tareas: Saltar entre correos, redes sociales y trabajo desgasta la capacidad cognitiva. Organiza tu día en bloques temáticos para minimizar la fatiga mental.

6. Duerme bien para consolidar la atención: El sueño es clave para la memoria y el enfoque. Prioriza entre 7 y 9 horas de descanso y reduce la exposición a pantallas antes de dormir.

7. Haz una desintoxicación digital progresiva: No se trata de eliminar la tecnología, sino de usarla con intención. Prueba dejar el celular fuera del dormitorio, establecer horarios para redes sociales y crear momentos sin pantallas en el día.

En la Semana del Cerebro tenemos la oportunidad de replantear nuestra relación con la atención.

No podemos resignarnos a vivir en un estado de distracción permanente. La atención es un recurso valioso que debemos proteger.

Con pequeños cambios diarios podemos mejorar nuestra concentración, ser más productivos y reconectar con el presente.

¿Listo para empezar? Elige uno de estos micropasos y ponlo en práctica hoy. Tu cerebro (y tu bienestar) te lo agradecerán.

Te espero en mis redes sociales @soyblancamery para seguir cambiando el mundo una neurona a la vez.