La alta velocidad nos está desgastando, comemos de manera rápida, vivimos afanados por la siguiente actividad y nos da FOMO, acrónimo en inglés de “Fear of Missing Out” o “miedo a perderse algo”, un fenómeno cada vez más común en nuestra sociedad hiperconectada. Este sentimiento de ansiedad constante por no estar al tanto de todo puede afectar negativamente nuestra productividad y bienestar. La pregunta es ¿existe una forma de ser productivos sin vivir hiperconectados 24/7?
El primer paso para superar el FOMO es entender qué es y cómo nos afecta. El FOMO surge cuando sentimos que nos estamos perdiendo experiencias importantes que otros están viviendo. Este sentimiento puede llevarnos a estar constantemente revisando redes sociales, mensajería instantánea y correos electrónicos, lo que interfiere con nuestras tareas diarias y disminuye nuestra capacidad de concentración, al mismo tiempo que incrementa los niveles de ansiedad.
Identificar las situaciones o momentos que desencadenan tu FOMO es crucial. Puede ser cuando ves publicaciones en redes sociales sobre eventos a los que no asistes, o cuando recibes notificaciones de correos electrónicos durante tu tiempo libre. Reconocer estos desencadenantes te permitirá abordarlos de manera más efectiva.
Establece límites para las redes sociales. Son uno de los principales catalizadores del FOMO. Establecer límites claros sobre el tiempo que pasas en estas plataformas puede reducir significativamente tus niveles de ansiedad. Intenta programar momentos específicos del día para revisar tus redes y evita hacerlo durante tus horas de trabajo o antes de dormir.
Practica la atención plena. La atención plena o mindfulness es una herramienta poderosa para combatir el FOMO. Esta práctica consiste en centrar tu atención en el momento presente, reconociendo y aceptando tus pensamientos y emociones sin juzgarlos. La meditación y los ejercicios de respiración son excelentes maneras de incorporar la atención plena en tu rutina diaria y solo necesitas dedicar entre siete y doce minutos al día. A menudo, el FOMO está relacionado con una falta de conexión auténtica con las personas a nuestro alrededor o con nuestras metas. Dedica tiempo a fortalecer tus relaciones personales, ya sea pasando tiempo con amigos y familiares, o participando en actividades comunitarias. Las relaciones significativas pueden proporcionar un sentido de pertenencia y reducir la necesidad de buscar validación externa.
Establece Prioridades Claras. Tener una lista clara de prioridades puede ayudarte a enfocarte en lo que realmente importa. Define tus objetivos a corto y largo plazo y alinea tus actividades diarias con estos objetivos. Esto no solo aumentará tu productividad, sino que también reducirá la sensación de estar perdiéndote algo importante.
Aprende a decir no. Una parte crucial de superar el FOMO es aprender a decir no. Es importante reconocer que no puedes estar en todos lados ni hacer todo a la vez. Decir no a compromisos innecesarios o a actividades que no se alinean con tus prioridades te permitirá dedicar más tiempo y energía a lo que realmente importa.
Desconéctate regularmente. Tomar descansos regulares de la tecnología y las redes sociales puede ser extremadamente beneficioso. Considera implementar un “detox digital” semanal, donde desconectas todos tus dispositivos durante unas horas o incluso un día completo. Esto te permitirá recargar energías y reducir la ansiedad asociada con el FOMO.
Encuentra actividades gratificantes. Dedicar tiempo a actividades que disfrutes y que te resulten gratificantes puede ayudarte a combatir el FOMO. Ya sea leer un libro, hacer ejercicio, practicar un hobby o pasar tiempo en la naturaleza, estas actividades pueden proporcionarte una sensación de satisfacción y bienestar. Avanzar en la regulación del FOMO es un proceso que requiere tiempo y dedicación pero que te va a generar grandes ganancias a nivel de bienestar.