Han terminado los juegos intercolegiados en su fase municipal. Inmensas alegrías, bellas lecciones, innumerables triunfos e imborrables vivencias se llevan los escolares. Durante el mes que duró la competencia, ellos estuvieron a la orden del día. Quiero destacar el compromiso de algunos profes que con fervor acompañaron a sus equipos y estuvieron atentos a todos sus requerimientos, y sobre todo felicito a los deportistas de todos los colegios participantes, pues son el alma de este festival. La ciudad se viste de fiesta con la energía y el entusiasmo que ellos despliegan en cada cita.
Invito de manera muy cordial a todos los organizadores, a las directivas de los colegios, a todos los profes de educación física, para que nos juguemos nuestro compromiso con esta cita en futuras oportunidades. Desde la parte administrativa y logística, debemos hacer un esfuerzo notable que responda de manera efectiva a los requerimientos de este evento y nos permita no ser inferiores a los escolares deportistas. Tuve la oportunidad de participar en muchos eventos durante el desarrollo de estos juegos, y quiero referirme de manera especial a la premiación de la disciplina “natación”.
Llegada la hora de la cita, se presenció en el coliseo del Instituto Universitario de Caldas un gran desfile de estudiantes de colegios privados en compañía de sus comitivas familiares, encabezadas por sus padres. La ausencia de estudiantes de colegios públicos fue notoria, pues se otorgaron algo más de 100 medallas, y solo 3 correspondieron a colegios públicos, mientras que más del 97% beneficiaron a estudiantes de colegios privados. Ante este panorama, me dije: “Los niños de las escuelas públicas no nadan”.
Según expertos deportólogos, la natación es el deporte más completo, y el solo hecho de observar la lista de beneficios provoca sumergirse de inmediato en el agua: ayuda al fortalecimiento muscular, mejora la elasticidad corporal, produce un bajo impacto en las articulaciones, favorece la coordinación y la agilidad, mejora el equilibrio, previene la osteoporosis, evita y alivia el dolor de espalda, ayuda a mantener el peso ideal, proporciona descanso a los huesos y ligamentos, y es ideal para la recuperación física de traumas y dolores.
Causa asombro que los niños de las escuelas públicas no tengan ninguna posibilidad de acceder a este ramillete de beneficios y que solo algunos tengan que resignarse a ir muy de vez en cuando a chapucear en las aguas de la quebrada Chupaderos, porque la inmensa mayoría únicamente tiene contacto con el agua en las duchas de sus residencias, y eso si están al día con el pago de la factura. Hasta ahora estaba convencido de que solo los idiomas, la tecnología y la jornada escolar eran las tres grandes brechas de inequidad social entre la educación pública y la privada.
Solo hasta hoy descubro que en la práctica del deporte también existen crueles realidades que juegan en contra de los niños de la escuela pública, pero lo más preocupante es la total indiferencia de las autoridades educativas y de las políticas de Estado para intervenir una situación tan simple y a la vez tan alarmante. Estoy convencido de que no deberían existir barreras de acceso a la práctica de la recreación y el deporte. Es normal que existan diferencias en las maneras como se practica, pero que la condición económica sea determinante para acceder a la práctica sí es aberrante.
Esta experiencia ha sido suficiente para comprometer mi pasión de maestro en la construcción de alternativas que mengüen, aunque sea parcialmente, esta inaceptable y deplorable realidad.