Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com

 

- ¿Ha sentido vergüenza alguna vez?

- ¿Ha avergonzado en algún momento a otras personas?

Según el diccionario de la lengua española, la palabra vergüenza significa: "Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena".

Se podría pensar que quien siente vergüenza por una situación específica, es porque ha tenido el tiempo para pensar, reconsiderar y reflexionar sobre algún acto que haya realizado o por un comentario o acusación sin fundamento lanzado al aire, con lo que pudo haber afectado a otras personas, con lo que quizás se haya hecho daño a sí mismo y por lo que se haya visto inducido a recapacitar y a sentir emociones que le perturban.

Hay personas impulsivas, hasta vulgares, sin escrúpulos para usar -sobre todo en estos tiempos- las redes sociales. Insultan, inventan, mienten, zahieren, humillan sin asomo de cordura, discreción y, menos, principio de realidad. No usan los canales adecuados cuando precisan decir algo, parecen niños sin límites y sin norte. No saben para dónde van, lo que se suma a su pobreza emocional.

Por su parte Camps (2017) define la vergüenza como “[…] el sentimiento derivado de la caída de la imagen que uno tiene de sí mismo, la pérdida de reputación, el descrédito ante algún otro o ante la sociedad”.

Esta definición es muy interesante si la pensamos en relación con lo que a diario se vive en nuestro país y, de manera especial, cuando escuchamos a aquellos que hacen politiquería, más no política y que se consideran lideres (¿?). Oyendo sus intervenciones, pareciera que estos personajes, no tienen ni la más mínima idea de lo que significa la palabra vergüenza y lo demuestran a diario.

¿Ustedes se imaginan como sería este país si la vergüenza fuera un asunto del que se hablara más a menudo y además que esta se sintiera, se afrontara con sinceridad? Piénselo por un momento, tal vez entonces, habría pena, arrepentimiento verdadero, contrición y responsabilidad en los actos y las palabras.

Por el contrario, quienes ejecutan hechos de los cuales habría que avergonzarse, carecen de autoreflexión, viven a espaldas de lo que sienten los demás, puesto que estas personas usan las palabras y las ofensas hacía los otros, sin límites y sin escrúpulos, sin que les importe si dañan individualmente o a toda una sociedad.

No obstante, quienes observamos estas situaciones y sentimos vergüenza, pena ajena, si podemos hacer reflexiones y pensar qué tan sano es que sigamos teniendo dirigentes que no se avergüenzan cuando cometen errores. Dirigentes que tampoco saben ofrecer disculpas serias, francas y veraces y menos enmendar sus errores, errores que afectan a toda una sociedad.

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

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