Me puse a la tarea de tratar de identificar todos los autores regionales que presentaban libro en la Feria XIV que se realiza en el Edificio Rogelio Salmona de la Universidad de Caldas, pero no pude. Hay tantos nombres nuevos, tantos títulos distintos, tantas personas publicando en formatos diversos y en géneros extraños, que se hace imposible seguirles la pista a todos.

No obstante, lo que sabemos es que superan 70 los autores de estas tierras que se presentan en esta Feria del Libro, lo que demuestra que se trata de una fortaleza que tienen los ciudadanos de por aquí, pero que como es costumbre en tantas cosas, nada tiene que ver con el país de la imaginación de quienes hoy nos gobiernan. Un aplauso de pie, como el recibido durante la inauguración el pasado martes, para el escritor y director de este evento, Octavio Escobar Giraldo. Darles la oportunidad a los nuestros es mucha bondad en una ciudad donde no es fácil que le reconozcan lo suyo a los intelectuales. Gracias por eso.

El esfuerzo que hacen tantos caldenses por imprimir sus productos escriturales es inmenso. Se presentan a concursos, que muchas veces ganan; recogen dinero entre varios para lograr imprimir, envían sus manuscritos a editoriales de todo tipo y de vez en cuando alguno logra una respuesta positiva, se autopublican y acuden a los impresores locales, entre los que se cuenta La Patria, por supuesto, pero buscan la manera de todas las formas. Y esto lo hacen, a sabiendas, de que en la Alcaldía de Manizales el estímulo es cero para los libros y de que en la Gobernación de Caldas imprimen por ahí casi siempre a los mismos en unas colecciones de las que se jactan, pero de las cuales los autores no reciben ni regalías ni cuentan con editores que les ayuden a mejorar la obra.

 En la Feria del Libro se consigue de todo, pero haga un esfuerzo por preguntar por el talento local, que lo hay y en abundancia, a pesar del nulo apoyo de las administraciones públicas de Manizales y de Caldas

Foto | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA

En la Feria del Libro se consigue de todo, pero haga un esfuerzo por preguntar por el talento local, que lo hay y en abundancia, a pesar del nulo apoyo de las administraciones públicas de Manizales y de Caldas.

A qué viene todo esto, a que tenemos aquí enseguida no más, en Pereira, una de las mejores políticas del libro que se conozcan en el país. Se trata de un concurso de casi 40 años de novela, que se categoriza con jurados de postín bien pagos, que ha ido creciendo en diferentes categorías y reconoce a los autores con la impresión del libro y con el pago de derechos. Como si fuera poco, se han dado a la tarea de crear alrededor otras colecciones como La Chambrana, que en papel periódico se imprimen al menos 35 mil al año, en formato de bolsillo, y para llegar con esta obra a los colegios, donde los autores dictan charlas.

Como si fuera poco, ya se va a realizar la primera feria del libro con la participación de una editorial que permitirá a escritores pereiranos someter al rasero de una editorial la posibilidad de pasar el filtro para llegar a ser publicado. Tienen el panorama completo. Que cómo lo sabemos. Porque escuchamos con atención y con muchísima envidia a Carlos Vicente Sánchez, coordinador de esta política del libro en la ciudad vecina, que además anda de plácemes con su equipo de fútbol. Con él conversó Juan Diego Mejía, escritor que está reeditando Planeta y que vale la pena que más colombianos lo lean. Este estaba allí porque también hace lo propio en Medellín, ejemplos buenísimos de cómo se puede planear una buena política pública del libro, pero brillaron por su ausencia en este escenario los políticos o los que dicen ejecutar las políticas públicas de cultura en la ciudad.

Así que ideas hay, falta es quién las ponga en ejecución, porque lo bueno es para replicarlo. Vayan a la Feria del Libro hoy y mañana, conversen con los autores, hagan firmar sus obras y llénense de ideas para que #HablemosDeLibros y ojalá de autores locales.

#LeaLocal

Estas obras las consigue en la Feria del Libro, pregunte por ellas o por sus autores y apoye el talento local, que vale la pena. No sea como los secretarios de Cultura de Caldas o los directores del Instituto de Cultura de Manizales, ustedes sí vayan y apoyen a nuestros autores:

  • Magdalena de Indias, de Óscar Cardona.
  • La frenética desazón y Yo, Adán, de Mateo Quintero.
  • Plantas domésticas y en dónde encontrarlas, de Ángela Suárez Tovar.
  • Tubo a tórax, de Juan Camilo Morales.
  • Un viaje por las emociones de Renzo el rinoceronte, de Luz Adriana Mejía
  • Historia de un asombro, de María Gemma Salazar González
  • Reír para contarla, Octavio Isaza.
  • Transiciones y transgeneraciones: poemas rutinarios, de Carlos Arturo Arbeláez Cano
  • Cambio climático y cuidado de la naturaleza, de Luz Elena García García y Martha Lucia García Naranjo
  • Yo no leo, pero tú sí, de Gloria Beatriz Salazar
  • Manual para jugar escondite, de Valeria Berón Cerón
  • Gente como nosotros, de Martín Franco
  • Líneas perturbadoras, de Jhonnier Mauricio Garzón
  • Tintiando en la aurora, de Gladys Yolanda Pasuy y Andrés Felipe Daza
  • Senderos de la ciencia, de Carlos Andrés Urrego, Mónica Arango y Andrés Roldán
  • Invertebrados asociados a bromelias, de Fabiola Ospina, Valentina de los Ángeles Carvajal Ocampo, Camilo Llano y Jaime Vicente Estévez Varón.
  • Estudios sociológicos de Caldas. Historia, cultura y emociones, de Rodrigo Santofimio, Pompeyo Parada y Carlos Eduardo Rojas
  • El agua se hace palabra, de Jorge Ariel García García
  • El duende azul y la mujer sin rostro, de Diana Patricia Quintero Mazo
  • ¿Te acordás hermano?, de Carlos Arturo Valencia Montoya
  • Niño rata, de Daniel Bravo
  • Ovidio y los santos perdidos, de Felipe Valencia
  • El ruido y las nueces, de Jaime Monsalve
  • La inverosímil muerte de Hércules Pretorius, de Humberto de la Calle
  • Demografía de Manizales. Dinámica poblacional del siglo XXI, de Alejandro Barrera y Bilver Adrián Astorquiza
  • Libro del vacío y Retratos y recuerdos, de Edilberto Zuluaga Gómez
  • Entre acordes y tradiciones. Festival Nacional del Pasillo Colombiano, de María Doralba Arias Orozco
  • Infancia infinita, juventud imperecedera. La comunicación como territorio de las nuevas generaciones, de Luis Felipe Valencia y Richard Millán
  • De noche alumbran los huesos, de Julián Bernal Ospina
  • Niñapájaroglaciar, de Mariana Matijasevic
  • Corona y Ronda oronda, de Mario César Restrepo
  • Guerreros nefastos, de Edwin Hesse
  • El reflejo ominoso, de Sebastián Villa
  • Sakas, de Adriana Villegas
  • Umbrales, de Julio César Correa Díaz
  • Guapa, de Shaira Maritza Franco Ramírez