Mi último debate sobre la línea 3 del cable aéreo fue el pasado 18 de julio. En esa sesión mostré cómo no se venía diciendo toda la verdad a los manizaleños y obviamente a los concejales respecto al presupuesto y a las fechas de entrega de esta obra. En ese mismo debate, los contratistas del cable aéreo se comprometieron a entregarla el 1 de septiembre, aun sabiendo que no tenían la capacidad para cumplir con esa fecha.
El último plazo oficial era el 29 de septiembre de este año. Y una de las últimas cosas que dije en ese debate fue que, para esa fecha, esta línea del cable no estaría terminada. Y aunque hoy estamos felices porque ya es una realidad, porque dejó de ser un posible elefante blanco, y será un hecho que beneficiará a muchas personas, tanto de Manizales como de Villamaría, especialmente a los habitantes de la Comuna Universitaria, es necesario decirlo con claridad, la línea 3 del cable aéreo no está terminada.
No quiero ser el aguafiestas, pero hay que decir las cosas como son. Quienes como yo ya hemos usado esta nueva línea, sabemos que, por ejemplo, la estación Fátima aún está a medias. Con seguridad, más temprano que tarde, esta estación también estará al servicio de todos los usuarios, pero lo cierto es que entregaron esta obra el 29 de septiembre solo para evitar otro incumplimiento y nuevo retraso.
Y relato esto porque hoy, unos y otros, salen a sacar pecho con esta obra, sin tener la capacidad, o la decencia, de darle crédito a los demás. Por eso, en esta columna creo importante destacar el papel que tuvimos algunos concejales, tanto en la pasada Administración como en la actual, para que esta obra se hiciera realidad.
Fue a partir de los debates en el Concejo de Manizales que se desmontó una nefasta empresa como Ideas Más. Fuimos algunos concejales quienes solicitamos la intervención de la Contraloría General de la República, que, aunado con el respaldo de la ciudadanía, organizamos veedurías para que los procesos de construcción del cable fueran lo más transparentes posible.
Desde el Concejo denunciamos los retrasos, los sobrecostos, y ejercimos la presión necesaria para que esta obra, finalmente se entregara. En numerosas ocasiones, nuestros debates se desarrollaron con escasa audiencia y reconocimiento ciudadano. Incluso, desde algunos sectores, se nos llegó a tildar de opositores al progreso y al desarrollo de nuestro territorio. Nuestra postura, sin embargo, nunca fue de obstrucción; por el contrario, consistió en velar por una inversión transparente de los recursos de Manizales y garantizar que esta obra trascendental se concluyera para el disfrute de toda la comunidad.
Hoy me invade el orgullo de haber contribuido a la materialización de ese proyecto. Y es precisamente desde esa satisfacción que proyectamos nuestra mirada hacia el futuro. El siguiente reto debe ser una nueva línea del cable aéreo que conecte las comunas Ciudadela del Norte y Nuevo Horizonte con la estación de Fundadores o la 3 del cable actual. Para alcanzar este objetivo resultará indispensable la cohesión de todos los actores municipales.