A falta de un tomo, tres, en los que se consigna el Plan de Desarrollo Caldas 2024-2027. Una hoja de ruta muy operativa, sin grandes apuestas, ni propuestas claras. Este es un Plan de Desarrollo muy limitado en los recursos, incluso, decrece anualmente el gasto de la inversión, lo cual es muy preocupante. Con bombos y platillos la Gobernación de Caldas anunció que para el cuatrienio tienen una inversión superior a los 4 billones de pesos. Sin embargo, no le dijeron a la opinión pública ni a los diputados que la cifra de libre inversión es de 302 mil millones de pesos para invertir en proyectos que beneficien a 27 municipios, porque lo demás, corresponde a rentas de destinación específica, que reflejan la dependencia de la Nación, y estos, en algunos casos, no son seguros. Por ejemplo, los del Sistema General de Regalías y los provenientes de convenios con Invías, los cuales pueden quitarse si no se hace una ejecución eficiente.
Adicionalmente, es un Plan de Desarrollo que no tiene coherencia entre la narrativa del progresismo para su justificación vs. el Plan Plurianual de Inversiones. Se pudo evidenciar que presenta un decrecimiento en las diferentes anualidades en el gasto de inversión en términos nominales; es decir, sin aplicar la inflación. Según este, los ingresos crecen entre 2024 y 2027 solo 13,4%, a esa misma tasa crecerán los gastos de funcionamiento, lo que significa, que no hay ningún esfuerzo para diseñar un Plan de Austeridad para disminuir estos gastos. En contravía, los gastos de inversión decrecen entre el cuatrienio. Esto contradice tanta alharaca y publicidad de un Plan de Desarrollo donde los caldenses van a recibir anualmente menos obras, bienes y servicios que son necesarios para nuestro desarrollo.
Por lo contrario, lo que pretenden es incrementar los impuestos, más cargas fiscales y tributarias sin tener en cuenta la situación económica de los caldenses en sectores como el agrícola. Eso no necesita el departamento, lo que se requiere son estrategias claras para hacer más eficientes el recaudo y la asignación de los recursos, al igual que el control sobre los gastos de funcionamiento. Además, se hace necesario un mejor desempeño de las entidades descentralizadas, para que de esa forma se generen mayores excedentes financieros que ayuden a aumentar la libre inversión. También me llama la atención que el departamento, teniendo un secretario de Hacienda del Partido Verde, no proponga la implementación de impuestos verdes y no promueva estrategias con descuentos importantes en el impuesto de vehículos, motivando a quienes compran aquellos eléctricos e híbridos para que se matriculen en Caldas. Si se anhela un departamento sostenible, las acciones que piensan realizar no son coherentes con ello.
De igual forma, no hay una consistencia clara de cómo se van a atender las dificultades en cuanto a la pobreza multidimensional. Hay indicadores que son muy negativos para Caldas y aquí no se encuentra ninguna estrategia que ataque esas variables para generar una transformación. No obstante, lo que más me asombra, es que supuestamente este Plan se construyó junto a las comunidades, pero en Aguadas, hicieron caso omiso a la solicitud del pueblo. Ellos pidieron que les priorizaran la pavimentación de la vía Arma-La Pintada, vital para conectarse con Antioquia, pero en el documento final no le dieron la importancia que requería. En conclusión, es un Plan de Desarrollo poco agresivo en las metas, que nos motiva a poner el foco sobre la importancia de un debate consciente, porque sino nos quedaremos con un Plan que no tiene nada qué celebrar.