“Apague y vámonos” es una expresión coloquial para referirnos a la ocurrencia de algo absurdo que traería grandes consecuencias. Esta frase define literalmente al Gobierno del presidente Gustavo Petro, donde reina la improvisación en los aspectos estructurales del país, haciendo que el desarrollo se encuentre en amenaza y en evidente retroceso, y más aún cuando nos encontramos ante un inminente apagón que dejaría sin acceso a la energía eléctrica a los colombianos debido a la negligencia del Ministerio de Minas y Energía y demás autoridades del orden nacional.

La energía es un factor fundamental en todas las actividades humanas, la mayoría de elementos que usamos para desarrollar nuestras acciones cotidianas la requieren, cada vez más utilizamos dispositivos que necesitan ser recargados; además que la industria y en general el sector económico se dinamiza en gran parte del aprovechamiento de los aparatos eléctricos. De esta manera, un apagón en el país sería una verdadera tragedia y traería consecuencias no sólo económicas, sino también sociales, solo por evidenciar un problema, los hospitales requieren de energía para atender a los pacientes, muchos de ellos se verían perjudicados poniendo sus vidas en peligro.

El apagón nos regresa casi 30 años atrás, cuando Colombia enfrentó una situación similar, producto de esta contingencia el país estableció procesos para obtener una soberanía energética que nos había garantizado el acceso a la electricidad a pesar de la vulnerabilidad climática. Ahora, por la falta de planificación y la desidia del Gobierno nacional, aspectos previsibles y solucionables como la disminución del caudal en los embalses por la sequía que trae el Fenómeno de El Niño y el retraso en la construcción de los proyectos de generación, conllevará a que no se alcance la cantidad de energía que requiere el país; esta sería la estocada final al sector, el cual viene siendo afectado paulatinamente por las decisiones del gobierno nacional haciendo que las empresas salgan del mercado, sumado al incremento del valor en las facturas que debemos pagar los ciudadanos por el servicio, entre otros.

En el departamento de Caldas las consecuencias del apagón se reflejarían en todos los sectores. No debemos ser indiferentes, siendo necesario que las comunidades, las empresas, la academia y el Gobierno trabajen de manera articulada para mitigar los efectos nocivos que traería esta situación, por tal razón, sugiero implementar los siguientes aspectos:

  1. Sistema de protección frente a la vulnerabilidad climática: Corpocaldas como la autoridad ambiental del territorio representa un rol fundamental, determinando las estrategias para que la sequía no afecte el ecosistema, mejorando las condiciones del territorio frente al cambio climático, de esta manera junto con las comunidades, la Chec y organizaciones del sector trabajarían en la gestión de riesgos ambientales. Los municipios en alianza con Corpocaldas están llamados a actualizar el ordenamiento territorial, declarar la mayor cantidad de áreas protegidas, reforestar, incentivar los pagos por servicios ambientales y promover la carbononeutralidad para así, conservar el agua, evitar la pérdida y migración de fauna y detener los desastres naturales.
  2. Cultura de la energía: la cual busca generar pedagogía para el uso racional de los recursos, el estudio de los desarrollos tecnológicos basados en robótica, medicina y demás invenciones que involucren la energía; siendo necesaria la participación de todos en la construcción y puesta en marcha de acciones socioambientales.
  3. Transición energética: El Gobierno nacional, las corporaciones autónomas y la ciudadanía deben direccionarse hacia el fomento de la eficiencia energética y el uso de energías con fuentes no convencionales, como pequeñas hidroeléctricas, paneles solares y hasta la generación geotérmica como ya lo explora la Chec con Ecopetrol; para lo cual, es necesario incentivar el desarrollo de estos proyectos, pero con la debida concertación con las diferentes comunidades.

Colombia se encuentra en alta tensión frente a la pérdida de la soberanía energética, ahora estamos ante una clara amenaza de apagón, no podemos retroceder en el desarrollo y por ello, estamos llamados como ciudadanos a informarnos, defender la institucionalidad y rodear a los empresarios y comunidades para que el Gobierno nacional no apague el país.