El deporte y el gobierno parece un matrimonio que a simple vista no encaja mucho, pero al analizarlos, la conclusión más acertada es que el uno necesita del otro. El gobierno requiere del deporte porque al ser uno de los principales instrumentos de transformación social, debe fomentarlo y propender que los ciudadanos tengamos el derecho a acceder a actividades físicas, asignándole gasto público, según lo estipula el artículo 52 de la Constitución de Colombia.
El deporte convoca al gobierno para la construcción de normas y financiación en infraestructura, dotación, pago de entrenadores y atletas, entre otros aspectos que lo potencializan. De esta manera, se hace necesario la articulación entre ambos sectores para impactar en mayor medida el desarrollo social y humano a las poblaciones a través de prácticas que generan disciplina, hábitos saludables y aprovechamiento del tiempo libre.
Pero los hechos nos demuestran que el deporte debe superar grandes retos, como el mejoramiento de las condiciones de vida de los atletas, creación y fortalecimiento de los escenarios y el apoyo a las ligas; todos estos aspectos relacionados con la implementación de políticas públicas.
Un anhelo social era que Colombia contara con un Ministerio de Deporte, se creía que a través de esta institución se le entregaría la importancia necesaria y que revindicaría su importante rol en la sociedad como agente de transformación comunitaria, además de recibir las asignaciones presupuestales requeridas. En 2019, se logra este propósito, pero al estudiar los logros del ministerio en sus 4 años de existencia, los resultados alcanzados son precarios y se evidencia que se ha dedicado a aspectos administrativos, distrayéndose en el laberinto de la burocracia y dejando a un lado lo deportivo.
Caldas es un departamento con un alto potencial deportivo, siendo innumerables los atletas que han llenado de gloria a nuestra tierra con sus triunfos en múltiples disciplinas, pero también no debemos desconocer las grandes necesidades existentes que presenta en diferentes ámbitos, por ello, sugiero concentrar los esfuerzos gubernamentales en los siguientes aspectos:
1. Infraestructura: transformar los escenarios deportivos debe ser una premisa en el departamento, es lamentable el estado de abandono de muchos lugares que deben estar dedicados a la actividad física.
En la gran mayoría de municipios de Caldas, los alcaldes presentamos dificultades en la creación o remodelación de infraestructura dedicada al deporte, debido a la carencia de escrituras públicas y saneamiento predial, situación que impide la inversión de recursos gubernamentales en esta necesidad tan apremiante, por lo que debe ser un factor presente en la agenda pública.
Con la designación del Eje Cafetero en el 2019 como sede de los juegos nacionales, se creía que la infraestructura deportiva del departamento se renovaría, pero en la actualidad, solo existe incertidumbre por el incumplimiento de las obras y la zozobra si se llevará a cabo este importante evento en nuestro territorio.
2. Asignación de recursos financieros: la mayoría de las localidades caldenses cuentan con la estampilla pro-deporte que busca el ingreso de dinero para el sector, si bien, este rubro es poco para las necesidades existentes, en muchas ocasiones es un alivio para dinamizar la actividad física local.
Este recurso puede asignarse en la dotación de uniformes y elementos deportivos, incentivos para participar en competencias y fortalecimiento de escuelas de formación.
3. Alianzas por el deporte: las instituciones públicas se encuentran llamadas a incentivar la participación de las empresas, organizaciones deportivas, Juntas de Acción Comunal y sociedad civil, para trabajar en unidad por el desarrollo del sector.
En Supía, contamos con la Mesa de Deporte, estipulada por el Acuerdo 15 de 2020, haciendo que la Alcaldía junto con actores deportivos del municipio construyamos en unidad las estrategias a llevarse a cabo para fomentar la práctica en diferentes disciplinas.
El deporte es un aspecto fundamental en la agenda pública del departamento, debido a que su fortalecimiento pondrá más en alto el nombre de Caldas y permitirá que tengamos más bienestar y progreso.