El Gobierno del presidente Gustavo Petro sorprende todas las semanas con nuevos y absurdos escándalos. Llevamos un mes del 2024 y son muchos los desaciertos presentados, parece que el Gobierno no cuenta con una planificación adecuada y al optar como estrategia la improvisación, está provocando que el desarrollo se vea gravemente afectado. De las noticias que mayor discusión han generado es la inminente cancelación de los Juegos Panamericanos 2027 que tendrían como sede a Barranquilla y que de acuerdo a Fenalco, alcanzaría ingresos por unos $2.3 billones representados en los movimientos comerciales que realizarían 41 delegaciones procedentes de todo el continente, sumado a los gastos realizados por los 70 mil turistas y aficionados que acompañarían las competencias de 58 disciplinas deportivas. Todo esto representaría la generación de cerca de 20 mil empleos, además de promocionar al país como destino turístico.
Lo planeado por años se desmoronó por la negligencia administrativa del Ministerio del Deporte, que incumplió con los pagos que se había comprometido hacer para garantizar realizar el evento. Inició el “juego de las aguas sucias” señalando a los posibles culpables, pero la realidad es que se perdió una oportunidad económica y deportiva para el país. Esta y muchas otras situaciones ponen en evidencia la ineficiencia del Ministerio del Deporte. La ley 1967 del 2019, que crea esta entidad, plantea unos ambiciosos propósitos que desafortunadamente no se están cumpliendo y el impacto hasta ahora es muy bajo. En Caldas somos testigos y hemos padecido con este Ministerio, cómo olvidar los pocos célebres Juegos Nacionales 2023 realizados en el Eje Cafetero, sólo el talento de nuestros deportistas rescató este evento protagonizado por el incumplimiento y la improvisación; el Gobierno fue el responsable de liderar las obras de infraestructura y de garantizar el adecuado funcionamiento de los escenarios, sin embargo no cumplió y por ello se debió llevar competencias de ciertas disciplinas a otras subsedes. Continúan con la tarea los entes de control de investigar y señalar a los responsables que “jugaron” con los dineros del deporte y pusieron en riesgo el esmero de los atletas colombianos.
Pero este no ha sido el único error del Mindeporte en Caldas. En el 2023 por lo menos 10 mil estudiantes y deportistas se quedaron esperando las fases zonal, departamental y nacional de los Juegos Intercolegiados, incumpliendo el artículo 118 del Plan Nacional de Desarrollo “Colombia Potencia de la Vida”. El pacto entre alcaldías, Gobernación y ese Ministerio era que las administraciones municipales se encargaban de las competencias municipales, seleccionando a los deportistas que participarían en la fase zonal que era responsabilidad de la Gobernación y los mejores representarían a Caldas en torneos nacionales que serían asumidos por el Mindeporte. Las alcaldías, con gran esfuerzo, cumplieron con su parte realizando competencias, pero nuestros jóvenes se quedaron a la espera, porque las demás fases no se realizaron y de nuevo les incumplieron a los deportistas por malos procedimientos administrativos. Ante esta terrible situación nadie responde e inicia nuevamente el festival de las excusas sin entregar soluciones.
Según el Departamento Nacional de Planeación, en el 2023 el Mindeporte ejecutó solo el 50% de su presupuesto, dejando de asignar miles de millones de pesos, dinero que pudo ser utilizado en incentivar el sector y recuperar escenarios, como el Coliseo de Viterbo que lleva por lo menos 10 años esperando ser finalizado y cuyo proyecto sigue en las gavetas de este Ministerio. La lista sería interminable con los escenarios deportivos en Caldas que requieren inversión para fomentar prácticas de actividad física que promuevan hábitos de vida saludable, fortalezcan la salud mental y alejar a las comunidades de la prisión de las drogas y la violencia.
No contentos con todo lo anterior, Stefanía Gómez Hurtado, una de las mejores nadadoras del momento en Caldas y el país, que seguramente estará compitiendo en los Olímpicos de París 2024, tuvo que inscribirse en la liga de Antioquia por la supuesta falta de apoyo en nuestro departamento. No puede ser posible que el dinero que está destinado para que los deportistas nos representen continúe en las cuentas del Gobierno. La ministra del Deporte debe abandonar el cargo para que se redireccione esta dependencia, no podemos seguir padeciendo su ineficiencia e improvisación, mientras que los municipios y departamentos deben afrontar en soledad los difíciles retos para apoyar el talento de sus deportistas.