Recientemente, una noticia publicada por el Periódico La Patria llamó profundamente mi atención, en la que un experto hablaba de la “crisis de liderazgo con proyección nacional” que atraviesa el departamento de Caldas. Según el artículo, la región carece hoy de figuras con el reconocimiento y respaldo suficientes para competir políticamente a escala nacional, un panorama muy distinto al de décadas pasadas, cuando los caldenses éramos protagonistas de los grandes debates nacionales y se abanderaban causas que trascendían las fronteras territoriales.

Esa afirmación me llevó a una reflexión, ¿qué tipos de liderazgos existen en la actualidad en Caldas? ¿y cómo podemos recuperar el protagonismo histórico que caracterizó a esta tierra?

Caldas es un departamento con un enorme potencial, cuenta con gente talentosa, trabajadora y solidaria, además alberga instituciones académicas y empresariales de alto nivel, sumado a un ecosistema de innovación pionero en Colombia y un tejido social que, pese a las dificultades, mantiene viva la esperanza de progreso. Todo ello hace que el territorio caldense sea estratégico para las dinámicas de prosperidad del país; sin embargo, las condiciones están dadas, pero se requiere de la proyección necesaria para consolidarlo.

Al plantear estos interrogantes, en diferentes municipios confirmé que en todos los rincones del departamento emergen liderazgos valiosos de campesinos, jóvenes, docentes, empresarios y líderes sociales que trabajan silenciosamente por el bienestar de sus comunidades, son verdaderos héroes anónimos que enfrentan el centralismo -no solo nacional, sino también departamental- que muchas veces impide reconocer la magnitud de sus aportes.

El renacer del liderazgo caldense debe construirse desde las bases, fortaleciendo las organizaciones sociales, comunitarias y cívicas, la transformación no vendrá de arriba hacia abajo, sino del poder que surge cuando las comunidades se articulan, buscando la cooperación a pesar de la polarización política.

Así mismo, el sector público debe asumir un compromiso firme con el liderazgo regional, reflejándose en hechos concretos, como la culminación de importantes obras planteadas desde muchos años atrás y las cuales han generado rezagos como Aerocafé, las Vías del Hermanamiento, el Macroproyecto San José, las centrales de sacrificio, entre otras. Es entonces donde debemos buscar erradicar las patologías del poder político que han frenado nuestro avance, como el caudillismo, la polarización, el egoísmo institucional y la falta de visión compartida, superarlas implica un cambio cultural profundo.

El liderazgo caldense presenta un gran potencial y debe sobrepasar los escenarios políticos, porque si logramos que la voz de cada municipio, de cada organización y de cada ciudadano vuelva a tejer una visión común, recuperando el valor de la confianza, Caldas recobrará su papel protagónico en el contexto colombiano.

Por eso, este es un llamado a todos los líderes caldenses para que trabajemos de manera articulada, superando divisiones y sumando esfuerzos, con el propósito de impulsar el desarrollo integral de nuestro departamento y devolverle a Caldas el protagonismo que merece en la agenda nacional.

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Nota: Mi gratitud a los líderes de opinión que me reconocieron como uno de los columnistas más influyentes de Caldas en la más reciente encuesta de Cifras y Conceptos, este reconocimiento reafirma el compromiso de seguir aportando, en el fortalecimiento del liderazgo y desarrollo de nuestro departamento.