“Es un triunfo de la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales, pero que raras veces falle para las que de verdad nos interesan”, esta reflexión hace parte del libro “Memoria de mis putas tristes”, del nobel Gabriel García Márquez, obra que abarca los sentimientos que se experimentan durante la vejez, además de cómo se asume el rol en la sociedad, el erotismo y el amor durante ese periodo de la vida.
En Colombia, la vejez se inicia a partir de los 60 años y se les denomina como adultos mayores a las personas que se encuentran en ese rango de edad, considerada como la última etapa del ciclo de vida de los seres humanos. Alrededor de siete millones y medio de colombianos hacen parte de este grupo poblacional, los cuales son agentes de desarrollo, entregando importantes aportes a la sociedad con el conocimiento, la experiencia, la sabiduría, entre otros.
Según el DANE, el 14,4% de los colombianos son adultos mayores, de estos, el 38% se encuentra en condición de vulnerabilidad y el 15% de los abuelitos campesinos está en pobreza extrema, sumado a que, de acuerdo a un estudio de la Universidad de los Andes, el 84% de esta población padece una o más enfermedades, requiriendo muchos de ellos atención especial en salud.
El 18,7% de los caldenses es mayor de 60 años, siendo uno de los departamentos más longevos del país, el Eje Cafetero es la zona con más adultos mayores de Colombia. Por lo tanto, se requiere de la construcción de estrategias que les permitan acceder al bienestar, buscando que se determinen los lineamientos necesarios para pasar de acciones netamente asistenciales a propuestas que les permitan ser protagonistas en las dinámicas socio-económicas del territorio.
El Gobierno presenta una responsabilidad especial en el establecimiento de acciones para que los adultos mayores tengan más y mejores oportunidades, por ejemplo, la Gobernación de Caldas tiene la responsabilidad de transferir a los municipios el presupuesto para garantizar el funcionamiento de los Centros Día, Centros de Bienestar del adulto mayor, entre otros. Sin embargo, en el último período de Gobierno en el municipio de Supía se evidencia una disminución del 65% en los recursos asignados. Si esta situación se presenta en la totalidad de la región, estamos ante un deterioro de la calidad de vida de los abuelitos caldenses.
Se hace necesario reivindicar el rol de los adultos mayores en las diferentes esferas de la sociedad y el aparato productivo, lo que se constituirá en una revolución de la cana, siendo los mayores de 60 años llamados a tomar el liderazgo de ciertos sectores, rompiendo con la trampa de la pobreza y avanzando por la senda del progreso, para ello propongo:
1. Activación de la economía plateada: es la sumatoria de todas las actividades productivas que involucran a los adultos mayores, pero esta no se trata exclusivamente de la venta de productos y servicios, sino que se extrapola a procesos de emprendimiento, generación de empresa y formación para el empleo. Esta economía permite la innovación, la diversificación del mercado y la inclusión competitiva de las personas mayores, este aspecto aún es desconocido e inexplorado, siendo un instrumento de transformación de las condiciones laborales y económicas de esta importante población.
2. Potencializar el sistema del cuidado: la promoción de la salud es un aspecto fundamental en la generación de desarrollo, así mismo, es importante fomentar oportunidades a través de redes que revindiquen el rol de las personas que están acompañando a nuestros mayores.
En Supía, los clubes de la salud son una estrategia que fomenta la actividad física, la integración y el esparcimiento de los adultos mayores, todo esto articulado con el grupo de cuidadores quienes reciben atención en salud mental, capacitación y formación.
3. Asistencia dirigida: para los abuelitos en condición de mayor vulnerabilidad y en estado de abandono se deberá fortalecer los programas que les entregan alimentación, vivienda y asistencia médica, además de recursos económicos, dado que estos permiten mejorar sus condiciones de vida.
El presidente Petro durante la campaña prometió a los adultos mayores otorgarles un subsidio de $500 mil mensuales, sin embargo, a la fecha esta propuesta no ha sido cumplida, engañando a esta población tan sensible. Las autoridades locales estamos llamados a insistirle y exigirle al Gobierno nacional que entregue soluciones a nuestros abuelitos.
Los adultos mayores son agentes de desarrollo, son conocimiento y son experiencia que permite que como sociedad avancemos. Sea bienvenida la revolución de la cana para que sus condiciones de vida sean cada vez mejores.