El ser humano puede proyectar, construir, forjar la vida a partir de los valores e ideales que emanan de su ser. Caminar sin ideales y proyectos nos lleva a una vida cansada y quieta, de manos cruzadas. La felicidad tiene que ver con la realización de los valores e ideales. Cumplir con los deberes lleva a vivir una existencia con sentido. La felicidad exige el desarrollo armónico de cuatro formas de inteligencia: la emocional, la interpersonal, la intrapersonal y la espiritual.
Lo anterior lleva a tener ética, rumbo y actitudes constructivas para vivir. Vale la pena recordar esto ya que hoy 24 de abril es el Día de la Ética, que tanta falta nos hace para una vida recta y justa. Algunos acusan a la Iglesia Católica de estar “cruzada y quieta” frente a algunas fallas humanas, personales y sociales que golpean el actuar ético en su quehacer pastoral.
La semana pasada dos hechos mostraron que está viva, actuante, revisando caminos y pasos de luz para seguir en su servicio evangelizador. Del 17 al 19 de abril se realizó en Manizales, en las instalaciones del Seminario Mayor, un interesante encuentro con laicos, seminaristas, religiosos (as), diáconos, presbíteros y obispos de la Arquidiócesis de Manizales y las Diócesis de Armenia, La Dorada y Pereira.
El temario reviste importancia actual: las actitudes frente al hecho de la pedofilia, no sólo dentro de la Iglesia, sino en el mundo, en todos los ámbitos. La constatación de la prostitución infantil con programas ofrecidos en varias ciudades de Colombia y del mundo nos dice que el asunto sigue presente y no podemos ser indiferentes. Las conclusiones son importantes. Vale decir que estos encuentros se están realizando en todas las diócesis del país.
En los mismos días, en Cali, la Iglesia convocó a una reunión a los Bancos de Alimentos de todas las diócesis e impulsar mejores modos de aumentar de manera efectiva el combate contra el hambre, sobre todo de los niños y las familias en el país. Ni quieta ni cruzada de brazos está la Iglesia: en camino como lo indicó Jesús, y con brazos abiertos en canto de aleluyas y amor.