Nadie puede negar el impacto que para la persona humana tiene una buena lectura. Es conocido el pensamiento "quien lee un libro no sigue siendo el mismo”, si lo lee con atención y deseos de cultura. Hay escritores que han logrado dejar una huella profunda en la historia. Uno de los grandes de la literatura es Fiodor Dostoievski, quien nació en Rusia el 30 de octubre de 1821 y murió en San Petersburgo en 1881. En 60 años dejó una obra literaria de impacto y realismo, vibración y fuego.

De joven llevó la vida normal de estudios y trabajo; se asoció a un grupo que interrogaba al régimen instituido; fue apresado, llevado a la plaza central con algunos compañeros para ser fusilado, pero a última hora se le conmutó la condena por trabajos forzados en la bronca Siberia donde estuvo algunos años.

Allí, en medio de trabajos y humillaciones, estuvo fuerte y en sus ratos de reflexión dio origen a algunas narraciones y novelas que al salir dio a conocer y le hicieron inmortal. Obras como "Crimen y castigo", "Los hermanos Karamazov" (para muchos su obra cumbre), “El idiota” y "Humillados y ofendidos (reflejo de su dolor en Siberia) fueron faros que siguen iluminando los pasos de cada ser humano y de la humanidad en general.

Pero algo que llama la atención es que aún en Siberia y su condena, Fiodor vislumbra un rescate, se convence de que nadie es aplastado irremediablemente porque siempre hay una luz en el camino. Después de ser liberado sigue el dolor por la lucha en su matrimonio, la muerte de su hija, su enfermedad y su afición al juego que le mantiene en el desequilibrio económico y social. ¿Dónde y cómo encontró Fiodor el “rescate”?: muchos lo silencian, pero la verdad hay que decirla; él encontró en Cristo y el Evangelio la luz que buscaba, la fuerza que necesitaba. Llega a decir "el drama de nuestro tiempo consiste en estar con Él o contra Él".

Estando aún en Siberia escribe su profesión de Fe: "creer que no existe nada más bello, más profundo, más simpático, más razonable, más entusiasmante, ni más perfecto que Cristo". En otra ocasión escribe : "Occidente ha perdido a Cristo y es por esto por lo que muere".

Humillado y rescatado: Espejo para las luchas ciegas y rabiosas de hoy.