Ante un juzgado de Chinchiná le imputaron cargos este martes 14 de octubre a Santiago Yussep Montoya Olarte por tentativa de hurto calificado y agravado, señalado de un intento de robo en el restaurante Mi Pueblo, cerca del peaje Tarapacá II, el pasado viernes.

Como se recordará, ese hecho desencadenó en la muerte violenta del magistrado caldense Álvaro Restrepo Valencia, del Consejo Seccional de la Judicatura de Cundinamarca-Amazonas.

LA PATRIA estuvo en la diligencia, en la que Santiago escuchó los hechos desde un centro asistencial. Le hablaron de que la pena parte de 6 años de prisión.

El fiscal recordó que Santiago Yussep, de 34 años, reciclador y habitante del barrio Manrique, de Medellín, fue condenado por el Juzgado Penal del Circuito de Medellín, el 15 de julio del 2024, a 30 meses y 16 días por tentativa de homicidio agravado, con el atenuante de la ira. Lo dejaron libre, con condiciones.

El ente acusador expresó que sobre las 3:00 de la tarde del pasado viernes el implicado llegó al restaurante, como ocupante de una moto.

Mientras el conductor aguardaba, Santiago ingresó al local con tapabocas y cuando las personas que acompañaron al magistrado en la cremación del papá esperaban la entrega de las cenizas, el hoy capturado abordó a una persona, sacó un arma de fuego y le empezó a apuntar.

Al tiempo le pedía que le entregara la cadena de oro. "No se haga dañar", le expresó. Luego le reventó la cadena, emprendió la huida mientras les apuntaba a los presentes.

"En ese momento un escolta del esquema de seguridad de un político sacó su arma y le disparó a Santiago. Este cayó y la víctima de robo le dio una patada y le quitó la cadena, avaluada en $20 millones.

Miembros de la Policía le incautaron el arma al detenido, que resultó ser de fogueo. Lastimosamente en esos hechos fue lesionado el magistrado y posteriormente falleció. Eso se investiga con un radicado diferente y en otra fiscalía. El conductor de la moto que esperaba a Santiago, escapó", se indicó.

Santiago aceptó cargos y el ente acusador pidió mandarlo a prisión. El abogado explicó que Santiago Yussep Montoya tiene una bala alojada en la zona cervical y solicitó no mandarlo a la cárcel por su estado de salud.

La juez avaló la medida de aseguramiento, pero se ejecuta apenas le den de alta del hospital. Sigue bajo custodia.

Juan Camilo Puerta es el defensor de la víctima del intento del robo.

La despedida del magistrado

Foto| LA PATRIA

Despidieron al magistrado caldense Álvaro Restrepo Valencia, del Consejo Seccional de la Judicatura de Cundinamarca-Amazonas. La velación se hizo en su natal Anserma, al lado de las cenizas de su padre, Luis Eduardo. Como se recordará, el viernes vino a la cremación de su papá, pero fue asesinado de un disparo en el pecho en Tarapacá II, cerca del crematorio La Aurora, vía Pereira - Manizales, zona de Chinchiná. Lo habría hecho el escolta de un político que estaba en el restaurante. Aún no se sabe si le imputarán o no cargos.

En la ceremonia religiosa, la Alcaldía leyó una nota de estilo en la que lo homenajeó y lo recordó como una persona destacada por su vocación de servicio a la Nación.

"Ejerció con honor y dignidad, fue ejemplo de la excelencia que pueden alcanzar los nacidos en este municipio en altos cargos de la vida pública. Fue juez de la República. Una destacada carrera profesional, se reconoció como cálido y humano, con gran don de gentes. Excelente padre, hijo y hermano ejemplar", se dijo.

A nombre del manizaleño Jorge Enrique Vallejo Jaramillo, presidente del Consejo Superior de la Judicatura, se leyó una carta dirigida a la familia: su esposa, sus hijos Juan Camilo y Juan Luis, su madre, amigos y allegados.

"Gratitud y legado por la vida del doctor Restrepo Valencia. Hoy nos reunimos con el alma conmovida y el corazón partido. Tenemos una tristeza inmensa, una tristeza que se siente en cada rincón de la justicia colombiana. Fue íntegro, funcionario ejemplar y ser humano profundamente bueno. Su vida estuvo marcada por una gran mística en el trabajo, una sensibilidad genuina, un compromiso sincero con la justicia. Creía con firmeza que el servicio de justicia era esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad. Y que detrás de cada decisión y sentencia había un rostro humano que merecía respeto y dignidad".

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