Lucrecia Marín, madre del intendente de la Policía Faber Martínez, desaparecido desde el pasado 28 de abril tras una avalancha en la vereda Algarrobo, de Manizales, dibuja una posible escena en su cabeza, que la llena de esperanza.

Se imagina que su hijo fue arrastrado por la corriente, logró salir y como tiene una lesión en la cabeza, producto de una cirugía, perdió el conocimiento y deambula por algún lugar de este país.

Han pasado cinco meses y medio de esa desaparición. LA PATRIA habló con Lucrecia, quien en su amor de madre no se rinde en la tarea de encontrarlo, ojalá vivo.

"Me dijo que iba a coger la carretera destapada por San Peregrino, a las 12:56 de la mañana. A la 1:30 le marqué y el celular se iba a correo de voz", recordó sobre la última vez que hablaron ese 28 de abril.

Su corazón de madre, explicó, le hace intuir que la cañada lo arrastró, se logró salvar y como tenía la cirugía reciente en el cráneo, perdió el conocimiento.

Esperanza

"Ojalá esté por ahí en la calle. Se ha pagado mucho trabajador, lo buscaron organismos de socorro, pero nada de su paradero. Me llamaron esta semana de Ibagué, que vieron a alguien en el sector de Juntas, muy parecido a él y en condición de calle. Se reportó a la Policía, un sobrino de mi esposo que vive por allá indagó, pero era mentira".

Las llamadas de estafa no se han hecho esperar pidiendo dinero para darle información, que es falsa: que lo tienen, que saben su ubicación.

"La gente dice una cosa y otra, ante el hallazgo de la moto, la ropa y las pertenencias. Sigo esperanzada en que salió, se puso a andar y andar, y como la búsqueda se concentró en la cañada, quizá esté en otro lugar. Unos más me aseguran que ya habría aparecido, si estuviese en algún lugar. Cada ocho días bajamos a la cañada con la esperanza de encontrarlo. Me indican, de otro lado, que debe caer un aguacero muy fuerte para que crezca el sitio, raspe y de pronto encontremos alguito de él".

Destacó el apoyo psicológico de la Policía y de su EPS, la solidaridad de la comunidad, pero sigue sin entender por qué pasó esto. "Dios me ha dado fortaleza, la gente también, me animan en que está vivo, pero ¿dónde? Faber era todo para nosotros, se casó, luego se divorció y siempre estaba ahí. Se vino a vivir conmigo, me hacía vueltas, muy buen hijo, pendiente a toda hora. Me dijo que nos fuéramos a vivir a Manizales, pero no me veía en una ciudad, he sido siempre del campo. La idea era pasarnos el otro año y ojalá se cumpla. Los milagros existan".

 ¿Quién es?

Faber es intendente de la Policía Comunitaria, llevaba un año conviviendo con su familia en la vereda. Era apreciado por su compromiso con la prevención del delito y el bienestar de la comunidad. Trabajó en municipios de Caldas.

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