Esta historia de un caso de tentativa de feminicidio agravado en Manizales tiene dos momentos.

1, la captura

El 16 de diciembre pasado, la Fiscalía llevó a audiencia a un sujeto señalado de, entre otras cosas, intentar lanzar de un parqueadero (cuarto piso) de un centro comercial de Manizales a su ex. El sujeto subió hasta allí a buscarla, pues labora en ese lugar.

Se relataron al menos cinco agresiones desde que empezó la relación. "Intentó acabar con la vida de su ex. Por espacio de 37 meses que duró la relación la sometió a una pluralidad de violencias física, psicológica, económica y sexual, realizadas de manera sistemática hasta escalar al último acto violento. Ella intentó tomar el ascensor para escapar, pero la cogió por detrás, de sus brazos, la acercó al borde del parqueadero e intentó lanzarla desde allí, pero se evitó la tragedia con la repulsa y la llegada de un compañero de la afectada. Son unos 12 metros de altura", explicó.

Después de este hecho, el imputado continuó enviando mensajes a través de WhatsApp a la hija de la víctima, amenazando con matar a la mamá.

"Indicó que la única forma de evitar que acabara con la vida de ella era que lo mataran a él. La agresión fue desencadenada por el hecho de que la víctima tomó la decisión de culminar la relación de pareja. 3 días después de que la intentó lanzar al vacío, fue de nuevo al parqueadero con la intención inequívoca de culminar el hecho de muerte, situación que tampoco logró".

Después de las estrangulaciones le enterraba los dedos en las amígdalas. Una vez le mordió la cara, le puso zancadilla para hacerla caer, tirársele encima y darle codazos y rodillazos. Le pedía dinero prestado y nunca le pagaba. La obligaba a conseguir plata para él. Todavía está pagando sus deudas, se expresó en audiencia.

La fiscal le habló de una pena, en caso de ser vencido en juicio, de 20 años y 10 meses. Si aceptaba cargos, le queda en 15 años y 7 meses. Sin embargo, negó los señalamientos y expresó que muchas de las cosas no son como las narran.

2, la liberación

La semana pasada, el abogado del señalado pidió libertad por vencimiento de términos, pues hasta ese día de la petición habían pasado 267 días desde la acusación, sin que se dé inicio al juicio. Por derecho, debe volver a la calle y el juez no tuvo más remedio que liberarlo.

Al final de la diligencia, procesado y víctima sonrieron felices. A través de la audiencia virtual se miraron, él puso su mano en el pecho y ella movió sus manos despidiéndose de él.

Expertos han indicado que en ocasiones las mujeres retornan con sus agresores por dependencias emocionales, económicas o por miedo.

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