
Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
El Restaurante La Mona calienta las mañanas en el fondo de la Plaza de Mercado del municipio. Sus platos son el abrebocas de paisajes, historias y tradición comercial. Comerciantes señalan los tesoros locales.
LA PATRIA | NEIRA
La Plaza de Mercado de Neira suele tener su núcleo en llamas. El responsable es el restaurante La Mona, un negocio que, sin querer, ofrece un espectáculo de cocina.
El pulso no les falla a los comensales de siempre. Se mantienen precisos para picar la morcilla cuando salta, sin aviso, una llamarada de los sartenes que están a pocos metros.
Aun más calmada está Yaneth Patiño, dueña del negocio y cocinera. Sonríe cuando el fuego alcanza la altura de su rostro. Sabe de qué es capaz su estufa cuando abrasa la carne. El pedido queda listo en menos de 10 minutos. Yaneth muestra calma en la premura. Cada sábado, correr es ganar.
El templo San Juan Bautista vigila las calles un sábado (8 de febrero).
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Manjar oculto en la Plaza de Mercado de Neira
Yaneth Patiño se levanta a las 4:00 a. m. los sábados para viajar de la vereda Alto El Roble a la Plaza de Mercado.
En la carne de res cocinada por Yaneth se saborean tres décadas de experiencia. Tiene 45 años y cocina desde los 14, pero se curtió en el oficio cuando trabajó para alimentar empleados de madereras. Los grupos de hasta 70 personas no daban espera. Ya tenía sazón, solo le faltaba soltura.
El proceso fue doloroso. Atender grupos numerosos le dejó una marca: la artritis. Dice que la causa fue cocinar con leña y mojarse las manos. Se acogió a las recomendaciones médicas y mantuvo vivo su talento.
Dos años atrás, esta neirana fundó su negocio en la Plaza de Mercado y se enamoró del sitio: "Amo la Galería porque me da el sustento. Son más económicos los arriendos. La gente del campo nos busca. Sin el campo no somos nada".
El calor del negocio es un refugio para quienes madrugan entre la neblina a trabajar y necesitan energía.
Sus primeros roces culinarios los vivió en su hogar, ayudando a "levantar" a sus hermanos. Hoy, como madre, recibe la ayuda de su hijo Matías, quien le hace algunos mandados y garabatea los precios de las comidas en un tablero.
"Los sábados trabajo de 6:00 a. m. a 6:00 p. m. Es el día más duro. En semana el horario es de 7:00 a. m. a 4:00 p. m. Los martes no se abre la Galería", dice mientras sirve platos, da órdenes y limpia una mesa.
La lista de sus platos famosos tiene la misma extensión de un menú completo: clientes llegan a su negocio antojados de morcilla, tamales, caldo de pescado, caldo de pajarilla, sancocho y fríjoles con garra o pezuña.
Gusto propio
Cuando Yaneth cocina para ella, disfruta especialmente los fríjoles y el sancocho.
Clientes célebres del Restaurante La Mona
- El caricaturista Gilberto Nieto Ceballos ('Ginice'): "Era un cliente muy especial: llegaba, nos saludaba traía a más cliente".
- Aquilina Cifuentes, quien fue la mujer más longeva de Neira: "Le llevaban caldo de pajarilla a su casa".
Qué hacer en Neira
La dueña del restaurante La Mona sugiere visitar tres lugares en Neira:
- "Recomiendo comer en Cheché y en Llamarada".
- "Para quienes gustan de la adrenalina y las montañas, vayan a la vereda Las Peñas".
- "Muchos turistas no saben que en la Galería hay comida".
Aspirante a pintor en 'la Puerta del Norte de Caldas'
Matías Tapasco Patiño tiene 9 años.
El ayudante del restaurante La Mona a veces desaparece. Matías Tapasco Patiño, hijo de Yaneth Patiño, encuentra diversión en los grises rincones de la Plaza de Mercado. Cuando su apoyo no es requerido, juega escondite con otros niños en la Galería.
Tras el juego, Matías regresa a los mandados. Mantiene la cocina llena de verduras y carnes. También sirve caldos, chocolates y arepas.
El plato favorito que le cocina su mamá no está en el menú del restaurante: los espaguetis.
Matías sueña con ser pintor. Aprovecha el tiempo dibujando casas, paisajes y a sus amigos. También se cuestiona sobre un cuadro de unos 500 años de existencia: "Mi obra favorita es la Mona Lisa porque tiene naturaleza y ropa negra. ¿Por qué no tiene cejas? No lo sé".
El tesoro oculto de los jinetes en la Galería de Neira
José Helmer Gálvez fabrica monturas para cabalgar. También ha diseñado fundas para pistolas de la Policía.
Un fortín de los caballistas está a salvo en la Plaza de Mercado de Neira. Le pertenece a José Helmer Gálvez, un experto en marroquinería que tiene dos espacios en la Galería. Uno es para trabajar el cuero y otro es una vitrina de monturas para cabalgar.
Las sillas brotan del techo y de los costados, pero una silla de tonos rojizos y blancos llama la atención: es la que José usa para "buscar caminos" con sus caballos Chavela y Tominejo.
"Recomiendo sillas con cacho para agarrarse al montar. La silla vale $2 millones. Monto desde hace 40 años", dice.
El comerciante está desde hace 10 años en la Galería. Lo llama una supervivencia, pues su negocio depende de los remiendos de los sábados, cuando llegan cerca de 20 clientes. Ese día aprovecha para comer sancocho de espinazo, su almuerzo favorito del restaurante La Mona.
"Lo que más me gusta de Neira es la tranquilidad", afirma José, nacido hace 60 años en el municipio.
Tres formas de bienvenida en Neira
Maira Alejandra Rodríguez cocina y sirve platos en el restaurante La Mona.
Una nueva vida encontró Maira Alejandra Rodríguez, trabajadora del restaurante La Mona, en Neira. Cuando compara las comidas con las de Acarigua (Venezuela), de donde viene, la sorprende la variedad de sopas que se consumen en el Eje Cafetero. En particular, el caldo de pescado la conquistó.
La gastronomía, el trato amable de las personas y las caminatas por la Calle Real David Manzur la hacen sentir bienvenida en 'la Puerta del Norte de Caldas'.
Una vida en la Galería de Neira
Las revuelterías son una puerta de entrada a la Plaza de Mercado.
Cuando las carnes se envolvían en hojas de congo, José Abraham Gálvez Ramírez iba de la mano con su papá a la Galería de Neira. Su negocio en la Galería nació hace 40 años, cuando creó la revueltería Abraham, que invita a entrar al recinto con verduras, queso y mantequilla. La Plaza y él se vieron crecer: de sus 72 años recuerda los cambios en pabellones, negocios y alimentos que ha experimentado la zona.
El orgullo de José es su origen: "Neira es el mejor municipio para vivir en el Norte de Caldas". Dice que eso se puede comprobar con el paisaje de la vereda Tareas, en el filo de la montaña, y en Cantadelicia, donde las comidas honran su nombre.
José Abraham Gálvez, dueño de la revueltería Abraham.
Una cuadra de murmullos en la Calle Real David Manzur
Billar y café para pasar la mañana en una cafetería de Neira.
De día, la soledad es imposible en la Calle Real David Manzur. Dulfay Osorio Duque es dueño desde hace 25 años de la cacharrería Don Elías. Celebra que el comercio se potenció desde que el sendero es peatonal, pues el fin de semana atrae a familias y turistas antojados de comida típica paisa. En las cafeterías, los puestos escasean desde las 8:00 a. m. cada sábado y sus murmullos se oyen por toda la cuadra.
Dulfay es otro devoto de la vereda Cantadelicia, dice que la zona abre el apetito turístico con pescado o sopa de mondongo.
Dulfay Osorio Duque, dueño de la cacharrería Don Elías.
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