Señor director:
Alguien, con suficiente razón, insinuó que la discriminación por estratos en Colombia era lo que venía polarizando aún más el país, descartando de plano que la política partidista es la principal razón. Muchas veces se ha insistido que si eliminamos los estratos sociales y nos sometemos al mismo rasero las cosas cambiarían en un alto porcentaje para beneficio de la comunidad. Aquí se separan los ricos de los pobres con un simple número. Usted es un pobre peletas si su estrato es 1, 2 o 3. Es media petaca si es 4. Solvente o adinerado si está entre los 5 y 6. Bueno sería que se legislara sobre este tema tan chocante y todos fuéramos simplemente colombianos de bien.
Bernardo Molina Marulanda


 

Señor director:
El 10 de septiembre, la Academia Caldense de Historia presentó la revista Impronta, su órgano informativo, en el salón Rafael Uribe Uribe de la Gobernación. Esta publicación, bajo la dirección del académico Fabio Vélez Correa y la orientación del presidente de la corporación, el historiador y periodista Álvaro Gartner Posada, se edita anualmente con artículos sobre historia regional y nacional.
El número 23 de Impronta contiene temas de invaluable importancia, dedicando un amplio espacio a la ciudad de Salamina con motivo del bicentenario de su fundación. Sobre esta “Ciudad Luz”, se incluyen estudios de los historiadores Jorge Enrique Esguerra Leongómez, Manuel Uribe Ángel y Rafael Arango Villegas.
Además, el académico y presidente honorario de la Academia Caldense de Historia, Albeiro Valencia Llano, escribe un estudio sobre la creación del departamento de Caldas. El historiador quindiano Jaime Lopera Gutiérrez, presidente de la Academia de su departamento, aborda la creación del departamento del Quindío, que se desmembró de Caldas en 1966. Otros miembros de la Academia que contribuyen con sus artículos son Luis Ernesto Henao Buitrago, Julián Chica Cardona, Ángel María Ocampo Cardona, Germán Ocampo Correa, Fabio Ramírez Ramírez, Jaime Pinzón Medina y María Matilde Londoño Jaramillo.
En sus estudios, estos autores recogen aspectos desconocidos de la prehistoria y de la historia reciente de lo que Luis Carlos González llamó la “Mariposa Verde”, hoy conocido como el “Gran Caldas” o “Viejo Caldas”, que agrupa a los departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda.
Este medio de comunicación histórico es un aporte significativo a la cultura y un esfuerzo para evitar que la historia de la región caiga en el olvido. Es preciso felicitar a los gestores y realizadores de esta publicación y agradecer al gobernador, dr. Henry Gutiérrez Ángel, y a la secretaria de Cultura del departamento, Luz Helena Castaño, por el apoyo financiero para su edición.
Fabio Ramírez Ramírez

Muchos manizaleños como yo sentimos que detrás de los buenos proyectos para la ciudad hay una fuerza muy poderosa para impedirlos y con manos y acciones siniestras decir: aquí no se hace lo que nuestra premiada capital quiere, sino lo que nosotros permitamos. La premisa anterior para recordar que en el año 1997, en la Alcaldía de no sé quién, se diseñó una excelente ruta para otra línea del cable aéreo que llegaba a las siguientes estaciones para prestar un formidable sistema de transporte. Las estaciones eran 13, más o menos así: bomba Caldas, la Fuente, Villamaría, Fátima, Palermo, parque Bicentenario, La Enea, Centro, El Caribe, La Carola, glorieta San Rafael, etc. Hubiera sido lo mejor por el cubrimiento y las ventajas que le ofrecería a Manizales y su bella y arisca topografía, pero quién lo creyera, los oscuros enemigos que tenemos le dieron un rotundo no a tan ambicioso proyecto.
Bernardo Molina Marulanda

Hace 10 años, un estudiante fue apartado de la institución educativa por no encajar en sus políticas perfeccionistas, facilistas y excluyentes. Quedó a la deriva. Su solicitud de reingreso fue negada de manera unánime por el consejo académico y la comisión de disciplina. Viajó a otra ciudad en busca de oportunidades, pero la orfandad y la falta de afecto lo empujaron hacia una vida fácil y desordenada que pronto lo convirtió en un habitante de la calle. Más tarde, una disputa motivada por celos infundados lo llevó a cometer un homicidio. Su arma blanca quedó incrustada en el pecho del rival. Pasó ocho años de terror en la prisión, acosado por la persecución implacable de quienes se oponían a su decidido intento de rehabilitarse.
Hoy, la espigada y escuálida figura de este joven de 28 años refleja las huellas del abandono y la desnutrición. Deambula por las calles de la ciudad, tratando de sobrevivir con la venta de golosinas.
De repente vio a su maestro. Sus pupilas se dilataron y brillaron, y una tímida y simpática sonrisa resplandeció en su golpeado rostro. Con voz entrecortada dejó escapar un lamento: “¿Por qué no lo escuche?”. Entonces narró su pesada historia. Tras el llanto, el maestro le donó lo que faltaba para la cuota del día, y el abrazo y las palabras de agradecimiento fueron inmediatos.
Vivimos en un mundo de acciones retorcidas en el que los niños y adolescentes permanecen en riesgo, y la escuela, en muchos casos, se hace sorda a su llamado de abrigo. Las autoridades educativas, obsesionadas por obtener excelentes resultados en las pruebas externas para figurar en el ranking de las mejores instituciones, optan por dejar a su suerte los estudiantes incómodos en lugar de transformarlos. Ese error produce graves daños colaterales que debilitan el tejido social.
A ello se suma una realidad demográfica: el control de la natalidad. Sin relevo generacional, la población se hace vieja. La escuela, en un futuro cercano, podría quedarse sin estudiantes; los docentes saldrán a buscarlos en las calles para completar los cupos, y aquella estrategia excluyente del pasado, tarde o temprano, desaparecerá.
Orlando Salgado Ramírez
 

Declaración de Ética Médica y Compromiso Social
Señor director:

En días pasados con ocasión de los 70 años de la Academia de Medicina de Caldas y el encuentro de las Academias de Medicina de todo el país realizado en Manizales ha surgido la siguiente declaración de ética médica, humanismo y compromiso social en medio de tan turbulentos días de nuestro sistema de salud:
Preámbulo. En Caldas la Medicina es un acto de confianza.
Honramos la Ley 23 de 1981 y la leemos desde los desafíos de hoy: autonomía real, justicia efectiva, ciencia íntegra y cuidado que reconoce la vulnerabilidad. Nos guían los principios de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia; el acto médico prudente, honesto, cívico y con apertura para el aprendizaje; y la ética del cuidado, que pone en el centro a las personas y sus contextos. Asumimos la diversidad y la interseccionalidad: nadie es un diagnóstico; cada paciente es historia, territorio y relaciones.
Pilar 1. Política pública en salud
Seremos una voz independiente y útil. Escucharemos a las comunidades urbanas y rurales, a pacientes y equipos de salud; llevaremos evidencia clara a las decisiones colectivas; y defenderemos la igualdad de trato sin discriminación. Nuestro compromiso es convertir el conocimiento en recomendaciones aplicables y evaluar su impacto de forma pública.
Pilar 2. Formación del talento humano
La ética se vive en la práctica. Promovemos el cuidado, la compasión, la integridad académica y la investigación responsable. Queremos profesionales técnicamente sólidos y moralmente sensibles, capaces de actuar en contexto, deliberar, escuchar y decidir con prudencia. A un médico no lo define solo su currículum, también la forma en que trata al que sufre. Ahí está la diferencia entre saber y ser.
Pilar 3. Sistema de salud
Sobre la base de un acceso equitativo a los servicios de salud: La calidad empieza por la seguridad del paciente y una cultura justa que aprende de las situaciones problemáticas. Exigimos transparencia en conflictos de interés, tiempos dignos de atención, información comprensible y participación de familias. La innovación debe ser explicable, no sesgada y con supervisión humana; y nuestras prácticas clínicas y de gestión reconocerán la salud como responsabilidad ética.
Cierre.
Esta Declaración no es un gesto ceremonial: es un modo de actuar. En consultorios, salas, aulas y territorios, elegimos una medicina competente y compasiva, fiel a la Ley 23 de 1981 y a la dignidad humana que nos convoca. Que los próximos años de la Academia se midan por la vida mejorada de las personas a quienes servimos.
Academia de Medicina de Caldas, 70 años.

Se impone acuerdo básico
Señor director:

“Aceptar como acuerdo básico que el camino de la muerte, del desangre y el dolor es equivocado. Dicho de otro modo: rechazar la violencia como herramienta para conseguir el cambio social”, es un pensamiento y acción que familias y empresas esperan de todos los que hoy promueven la violencia, que muy en el fondo es la sabia respuesta a aquellos que siguen creyendo torpemente que “la violencia es la partera de la historia”, que ignora y desconoce maliciosamente al desarrollo científico y tecnológico de todo orden. No se debe olvidar nunca, que la Constitución y las leyes tienen que ser respetadas por los seres humanos que viven en Colombia. Y el Estado pendiente de que así sea.
Rogelio Vallejo Obando

Festín de precandidatos
Resulta exorbitante el número de precandidatos a la Presidencia de la República, hasta ahora se acerca a los 100; esas son las gracias de la democracia, de las que muchas personas abusan y por eso estamos en el festín de aspirantes. El calendario electoral de la Registraduría tiene programada la jornada de elección presidencial en primera vuelta para el domingo 31 de mayo de 2026.
Somos muchos los ciudadanos que queremos una elección sin tantos candidatos. El ideal sería con un candidato opositor al sistema de Gobierno de Gustavo Petro; otro de las toldas del actual gobernante y de uno a tres como aspirantes de otros movimientos políticos.
Si bien la Constitución establece que en términos muy generales cualquier ciudadano en ejercicio puede ser candidato a la Presidencia de Colombia, en la contienda política presente el número de aspirantes, en calidad de precandidatos, es excesivo y contribuye a que los votantes se confundan.
Es que a muchos de los precandidatos que conforman la numerosa lista de aspirantes todo parece indicar que solamente les interesa figurar. La verdad no tienen la experiencia para dirigir una nación y tampoco pertenecen a ningún movimiento político. Es por eso que la mayoría de precandidatos buscan la inscripción legal mediante la modalidad de recolección de firmas.
Ahora lo que se presenta es una confusión electoral y los mayores de 60 años anhelamos las épocas de antes en que las disputas por la silla presidencial no eran con tantos candidatos.
Los precandidatos deberían tener en cuenta una de las frases célebres y rotundas de Winston Churchill, el político británico y Primer Ministro durante la Segunda Guerra Mundial, quien en su oportunidad aseveró que “el problema de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes”.
Jorge Giraldo Acevedo

Salamina bicentenaria en acción
El viernes 5 de septiembre se vivió en el Teatro Los Fundadores un espectáculo musical tan majestuoso como creo no se ha vivido uno semejante en muchos años. Lo lamentamos por quienes no pudieron asistir o por algún motivo no tuvieron noticia anticipada de su realización. Se trató de la celebración de los 100 años de la llegada de la Compañía de Jesús (los jesuitas) al viejo Caldas.
El espíritu, corazón e inteligencia que inspiraron la concepción, construcción y ejecución de esta celebración, digna de los escenarios más selectos del arte, fueron los del joven sacerdote jesuita salamineño Luis Guillermo Sarasa Gallego.
El propio S. J. Luis Guillermo y el maestro Victoriano Valencia, fueron los compositores de las dos suites que conformaron la columna vertebral de esta conmemoración. Los directores invitados (Luis Guillermo Vicaría, Huverney Cristancho, Guillermo Ramírez, Holver Mauricio Cardona, Leonardo Marulanda); los músicos invitados de la Orquesta Sinfónica de Caldas, el Colegio San Luis Gonzaga, la I.E. Neira, la I.E. Villamaría;lo mismo que la Coral Santa María, el Coro de Cámara de la Universidad de Caldas “Umbra” y el grupo Gaitas y Tambores, le prestaron su cuerpo y alma a las creaciones de los dos compositores.
Otro joven y talentoso actor, también jesuita, terminó de atrapar la admiración de todos los espectadores con un cautivante, ágil y sentidísimo monólogo. No le faltó razón al provincial de la Compañía de Jesús en Colombia, padre Hermann Rodríguez Osorio, cuando dijo que algo tan conmovedor y maravilloso era sólo comparable con un milagro (esta vez obra de un joven religioso salamineño).
Me alegró por Salamina, pues nutre con hechos de hoy la esperanza de que el pasado glorioso del cual tanto nos hemos enorgullecido y envanecido durante la conmemoración del bicentenario, se vea de algún modo continuado y renovado. La historia de Salamina no puede ser reducida a la conservación y promoción turística de su patrimonio arquitectónico.
Brillantes académicos salamineños de otrora, como el médico, historiador y filólogo Emilio Robledo Correa, dos veces rector de la Universidad de Antioquia; o como el médico internista Pablo Elías Gutiérrez, profesor, decano y rector de la Universidad Nacional de Colombia, y jóvenes como el teólogo Luis Guillermo Sarasa, nos enseñan cómo es que se construye la grandeza de un pueblo.
Jorge Octavio López, un salamineño esperanzado.

El origen de la familia
Este es un tema complejo, sin un punto de origen único, pero se entiende que la familia surge de la necesidad humana de organización social para la supervivencia y la reproducción. Desde una perspectiva antropológica, la familia se consolida con la institución del matrimonio y las alianzas entre grupos, mientras que etimológicamente la palabra proviene del latín “famulus”, que designaba a los sirvientes en la antigua Roma. En la historia, se han estudiado diferentes modelos familiares, destacando el análisis de Friedrich Engels sobre cómo la propiedad privada influyó en la monogamia y la estructura familiar.
Desde lo antropológico, Claude Lévi-Strauss sostiene que el matrimonio es la institución fundamental que da origen a la familia, creando un vínculo social entre dos grupos a través de la unión de un hombre y una mujer con sus hijos.
En sentido biológico y social, el ser humano es un mamífero social que vive en comunidad. Los primeros grupos de parientes se formaron para asegurar la supervivencia, la protección contra depredadores y el cuidado de la descendencia.
En cuanto a lo histórico y evolutivo, a lo largo de la historia, la familia ha evolucionado desde formas de unión conyugal comunal hasta la pareja estable y, posteriormente, la familia monógama. La evolución del sistema de alianzas ha ido de lo grupal a lo singular y de lo matrilineal a lo patrilineal.
Alvaro Alzate Ussma

Gobierno desconoce el caos en la Nueva EPS
Al oportuno comentario editorial “El caos de la Nueva EPS”, en el periódico El Tiempo, debemos agregar que la deficiente atención en el sistema de salud en Colombia parece que no le importara a Gustavo Petro y mucho menos al ministro de esta cartera, Guillermo Alfonso Jaramillo; la intervención del Gobierno Nacional que ha sido un fracaso total y los afectados son los pacientes.
La situación de gravedad en el sistema de salud en el país y los problemas de inseguridad ocupan los primeros lugares y en ambas situaciones se presentan víctimas; un paciente sin una atención médica oportuna o sin medicamentos puede morir.
Ese caos en la Nueva EPS es el mismo al que millones de afiliados tienen que soportar en las otras EPS; en la Nueva EPS es mucho más grave debido a que sus afiliados son más de 11 millones de personas; es decir, aproximadamente el 22% de la población de Colombia.
La atención a pacientes en general en el sistema de salud nacional no era óptima antes, pero las citas con médicos especialistas y de controles no se demoraban tanto como ahora, nunca se presentaron innumerables casos de falta de medicamentos para personas que los requerían por padecer enfermedades graves, las crónicas y en tratamientos diversos. Muchas personas hemos tenido que comprar, con nuestros recursos, medicamentos e incluso pagar algunos procedimientos, exámenes y citas médicas con especialistas.
Jorge Giraldo Acevedo