Esto significó el primer entrenamiento en frío extremo que tuve en Polonia al inicio del año.
Hay viajes divertidos que con un poco de sol te cambian el color de la piel. Otros que, aunque duelan, tienen el poder de cambiarte la forma de ver la vida.
Tuve la certeza de que un Mauricio iría y otro sería el que regresaría. Viví una reingeniería profunda después de las experiencias y caminos que recorrí.
Avanzar requería despojarme de miedos, creencias y pensamientos que pesaban en mi maleta, como si necesitara sentirme más liviano.
Si tuviera que ponerle un título a esta foto la llamaría "Cavando mi propia tumba". Cuando le dije eso a Dani mi instructor, respondió: "¡Perfecto! porque aquí mueren todos tus miedos".
La exposición al frío es un disparador del poder evolutivo que tenemos los seres humanos. Someter el cuerpo a esas condiciones extremas revive nuestros instintos más primitivos de supervivencia. El impacto del agua helada a -4°C es brutal en el cuerpo y la mente, tus sentidos explotan como un corto circuito, las manos no te funcionan, la piel se te derrite del ardor y sientes que mueres.
Pero es que si no morimos ¿entonces cómo renacemos?
Así que decidí morir y aprender que la muerte no es un proceso finito, quizá debemos pasar por ella muchas veces y en distintas situaciones para poder RENACER… Esa fue mi lección.
Así que todos invitados a morir, a dar la vida por eso que les brinca en el estómago, la cabeza y el corazón. A no dar tregua hasta lograrlo, a fallar mil veces e intentarlo una más, recordando que más que el resultado, es el proceso el que te hace evolucionar, el que te hace RenHacer.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015