Manizales este año, en menos de dos meses y medio, fue galardonada con tres importantes distinciones. El 25 de agosto ONU-Hábitat LATAM 2025 destaca a Manizales como la mejor ciudad de América Latina para vivir, reconocimiento dentro del continente americano con respaldo internacional de la ONU, para el que se evaluaron 85 indicadores técnicos alineados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo es erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar que las personas vivan en paz y prosperidad.
El 16 de octubre el Departamento Nacional de Planeación, a través del Índice de Ciudades Modernas (ICM), evaluó y calificó a Manizales como la ciudad más moderna de Colombia entre las ciudades con más de cien mil habitantes, para el que se consideraron seis dimensiones principales con sus respectivos indicadores de gobernanza, participación e instituciones, productividad, competitividad y complementariedad económica, seguridad, sostenibilidad y ciencia, tecnología e innovación.
El 31 de octubre la UNESCO hace un reconocimiento de categoría mundial al ingresar a Manizales a la red de ciudades creativas, proyecto global que integra urbes de todos los continentes que se destacan por su creatividad gastronómica y su compromiso con el desarrollo sostenible a través de la cocina y su oferta culinaria, lo que constituye una exaltación cultural de alcance internacional.
Manizales, así entonces, se proyecta como una ciudad destacada a nivel internacional por su bienestar y calidad de vida, que invita al turismo y a la inversión.
Aquí todos nos sentimos en casa, los que tuvimos el privilegio de nacer aquí, los que han llegado buscando nuevas experiencias y los que decidieron quedarse porque encontraron un hogar entre estas hermosas montañas, sintiendo el aroma natural del café, viviendo la pujanza y tenacidad de su gente. Desde el campesino hasta el gran empresario, el orgullo de ciudad universitaria, el privilegio de su cultura por el Festival Internacional de Teatro, por las bandas musicales, la Feria de Manizales con su reconocido Reinado Internacional del Café; por su valioso Patrimonio arquitectónico, histórico y religioso como parte de su identidad. Metafóricamente se puede comparar con un paraíso hecho de convivencia, belleza natural y bienestar humano. Pero estos reconocimientos no ocultan la realidad de unos retos que faltan por atender.
La inseguridad en la modalidad de fleteos, registrándose 4 casos en el 2024, 3 casos en el 2025 más 1 intento, 27 homicidios en el 2024 y 29 este año sin terminarse. Este tipo de delitos evidencia una vigilancia poco efectiva, es decir fallas en la ejecución.
Invasión del espacio público por vendedores informales, ocupando en forma desordenada andenes, parques, entradas peatonales, impidiendo el paso o la movilidad de las personas, poniendo en riesgo a las personas con alguna discapacidad. Establecimientos comerciales que ocupan espacios no permitidos como andenes y terrazas. El aumento de habitantes de calle, lo que puede significar entre otros, migración, desplazamiento, pérdida de vivienda, consumo de sustancias, falta de atención y oportunidades.
Del exceso de ruido ni hablar. No hay derecho a que la ciudad premiada como la mejor para vivir en América Latina esté condenada a vivir bajo el sometimiento del ruido excesivo de bares, discotecas, fondas, entre otros; y menos derecho hay que un alcalde, por su soberbia, y su equipo de Gobierno insensible no hagan respetar los derechos fundamentales y legales de los ciudadanos, llegando al atrevimiento de no responder el derecho de petición, ni la tutela interpuesta por los habitantes del sector de El Cable, lo que se traduce en una indolencia y una falta de respeto.