Dolor de hincha
Es increíble, pero duele decirlo: al Once lo están matando sus propios directivos, sus propios dirigentes. Aquellos que deberían ser los primeros en protegerlo, impulsarlo, defenderlo como el símbolo que representa para una ciudad. No me refiero solo a un equipo de fútbol, hablo de lo que constituye, de su esencia más profunda. El Once son sus hinchas, son las familias que llenan el estadio cada fin de semana, los niños que sueñan con un gol desde occidental, las familias en sur que no dejan de alentar, los colectivos de oriental que tejen identidad, y, por supuesto, los que nunca fallan: la popular norte.
Es inconcebible que desde la propia institución se tomen decisiones que alejan, hieren, ignoran al hincha. Más triste aún es sabernos reducidos a una simple cifra. He recorrido Colombia y Sudamérica siguiendo al equipo, renovando mi amor y compromiso partido tras partido. No es un orgullo solo mío, lo he sembrado en mi familia y en mi descendencia.
Si le preguntaran a mis hijas de 8 y 17 años cuál es el mayor legado que su papá les deja, estoy seguro que responderían sin titubear: el estudio... y ser hinchas del Once. Pero últimamente, incluso ese legado lo he empezado a cuestionar. ¿Cómo transmitirles con la misma pasión este amor, cuando los que están al mando desangran al equipo? ¿Cómo seguir creyendo cuando las decisiones parecen tomadas por compromisos políticos o favores personales, por personas sin mérito ni amor por la camiseta? Hace más de nueve años que pedimos un equipo de mercadeo que sienta al club como suyo. Gente que entienda lo que representa el Once para esta ciudad, que trabaje con el corazón de un hincha. Pero si lo sienten, no lo demuestran. Tal vez por la imposición de un presidente que parece más interesado en sus beneficios que en construir puentes con la hinchada.
Ojalá algún día nos dejaran de ver como simples números, comprendieran que lo que administran no es solo un club, es la pasión de miles. Porque sí, es muy triste llegar con ilusión al estadio y que la logística sea tan precaria que uno entre de mal genio. Es frustrante ver cómo los visitantes reciben mejor trato que nosotros, los de casa. Mientras en otras plazas se exige hasta cédula para entrar, aquí parecemos los menos valorados. Llevaba 12 años abonado en el mismo puesto, y por una falla en el sistema, me lo quitaron. Nadie respondió. Nadie dio la cara. Es indignante que mientras 3 mil de nosotros alentábamos desde Río de Janeiro, aquí sacaban un plan de abonos para las finales que no contempló nuestros tiempos ni nuestros esfuerzos. Para el 2025-02 dieron menos de ocho días para decidir si seguir abonados.
Así no se trata al hincha fiel. Y mientras tanto, aún sentimos el colonialismo antioqueño en cada decisión, en cada refuerzo, en cada pensamiento conformista de que “no hay títulos, pero hay ingresos”. Claro, los directivos dirán que el año está en verde, que los números cuadran, que vendieron jugadores y hay bonanza. Pero el hincha, el que camina, el que ahorra, el que vive para celebrar una victoria, lo único que quiere es volver a gritar campeón. Ya esperamos más de 50 años una estrella, y aunque la vivimos como nunca, hoy muchos ya no tragamos entero. Queremos más. Queremos ver esfuerzo, fe, sacrificio reflejado en otra estrella bordada en el escudo.
Ojalá algún día entiendan que no somos cifras, que no somos clientes; somos pasión, historia, identidad. Y lo más triste es que nuestro mayor enemigo parece estar adentro: una dirigencia que ve a esta ciudad como el mejor vividero del país, pero que no siente el peso del escudo que representa. Con profundo dolor y decepción se despide un hincha que no renovó su abono por primera vez en 20 años.
José López
Pase para moto
Hay cosas que vale la pena comentar y de ser posible modificar porque me parece que son injustas en grado sumo. Me refiero a una norma que no he podido encontrar en ninguna ley o decreto que obliga a cualquier ciudadano a pagar más de un millón de pesos y hacer un curso larguísimo y cansón para obtener el pase o licencia para conducir una motocicleta. Podría ser válido si el aspirante no hubiera visto un aparato de estos ni en fotos, pero no para una persona que tiene licencia de primera categoría para conducir automotores. Obligar a ese excesivo pago y a un curso es abusar de la gente y mirar con desdén a quienes manejan las políticas de tránsito. Si fuera cierto y efectivo el tal curso no tendríamos a diario tanto accidente y tantos muertos, porque hay motorizados que son felices tirándole su vehículo a la gente.
Bernardo Molina Marulanda.
Queja por cobrar tarifa del servicio
Varios usuarios se vienen quejando contra Mercaldas por la siguiente razón:
Cuando la gente pide un domicilio están cobrando complementariamente al valor de los productos y el domicilio una tarifa que se inventaron denominada “Tarifa del servicio”, que corresponde al tiempo que la persona de dicho establecimiento se demora para recoger los productos, situación reprochable y que afecta la economía de los hogares, aparte de que todo es demasiado costoso.
Se espera que las autoridades vigilen con eficacia lo que viene ocurriendo e impongan las acciones y correctivos, pues no se puede permitir que ellos dispongan tarifas adicionales a su arbitrio para lucrarse y perjudicar a la comunidad, ya que en ninguna parte ocurre esto.
Álvaro Alzate Ussma6.
Fecha muy especial para Caldas ...
… es el 20 de junio de cada año, cuando se conmemora la fundación del diario LA PATRIA, sucedida en 1921. En su cumpleaños 104 viene indiscutiblemente a la conmemoración, el espíritu del inolvidable doctor Nicolás Restrepo Escobar, al recordar su potente convicción:
“Entendemos la labor periodística como el ejercicio que transmite la verdad, los hechos con contexto, la fiscalización de los poderes públicos, la guardia permanente de la democracia como valor fundamental, pero también creemos que tenemos responsabilidades que trascienden esa labor y nos obligan a ser partícipes de la construcción de una sociedad mejor, más equitativa y próspera, y por ello entendemos la promoción del desarrollo regional como parte fundamental de nuestra misión”.
En este feliz cumpleaños es grato dejar notabilizados en la coyuntura que vive Colombia, tres magnos editoriales de LA PATRIA, que son fieles testimonios de defensa de la democracia de Colombia, que le dan vida al sentimiento del doctor Nicolás Restrepo (q.e.p.d). Ellos titulan: 1. Así no, señor presidente. 2. Y decidió el decretazo 3. Llamado a la cordura. Son valiosos contenidos que deberían ser profundamente estudiados y accionados por los ciudadanos, para que sean siempre defensores de la institucionalidad.
Sea indicado el momento para enviar a LA PATRIA, mis sinceras y fraternas felicitaciones en su cumpleaños 104 a su directiva, periodistas, administrativos y oficios generales. Gracias por los beneficios que le irrigan a Manizales, Caldas y Colombia.
Rogelio Vallejo Obando