Guardas de tránsito

Señor director:

Como su nombre popular lo indica, eso deberían ser, pero qué lejos están de siquiera parecerse. Los de España y otros países avanzados son conciliadores, amigos del buen trato, maestros del humanismo y de las excelentes relaciones. 

A los de nuestra bella Manizales los hemos visto agotando sus libretas de comparendos y como si fueran policías, escondidos para caerle por sorpresa al conductor del vehículo, a estos servidores públicos se les tiene pavor; cuando deberían ser los mejores amigos de la ciudad mientras se trate de regular el movimiento vehicular.

Bernardo Molina Marulanda

Continuando a Don Cecilio

Señor Director:

En días pasados Don Cecilio, cuyo seudónimo, a propósito, me recuerda la famosa tonada argentina “La carne gorda” y su gracioso estribillo: “Yo soy don Cecilio Castro / del rancho Las Hermanitas / me gusta la carne gorda / las empanadas y la torta frita…”; escribía algunas historias sobre la antigua rivalidad entre Pereira y Manizales. Y entonces me trajo a la memoria varias anécdotas acerca del tema:

- Eran las lejanas épocas de mi bachillerato, cuando Manizales era casi un pueblo grande, donde la construcción de una casa alta, digamos de cuatro pisos, como la de los Castro en el marco del parque Fundadores, era todo un acontecimiento. Se proyectó entonces un verdadero rascacielos para la época: el edificio del Banco de la República, que se dijo sería de nueve pisos, de los cuales solo se construyeron ocho. Y cuando alguien preguntaba por qué no se erigió el noveno piso se contestaba que “porque del noveno piso se veía Pereira…”.

- Por la misma época se empezó a hablar del “Alto del Madrazo”, situado en el balcón de entrada a Pereira y denominado así porque desde allí se divisaban ambas ciudades y, cuando el automotor llegaba al sitio, los ocupantes exclamaban: “allí se ve la &#&%... Pereira o Manizales” según se tratara de viajeros -y habitantes- de una u otra ciudad…

- También eran los tiempos en los que a muchos pueblos les dio por usar como eslogan ser “la perla de…”, tal vez como eco de la famosa Canción del jibarito y su “que el gran Gautier llamó la perla de los mares…”. Surgieron entonces la “perla del Ingrumá”, la “perla del Oriente”, “la perla del Pacífico” y no sé cuántas perlas más. Y, claro, Manizales, que no podía ser menos, se quedó como la “perla del Ruiz” y Pereira que menos que menos fue la “perla del Otún”. Cuando ya creciditas y cansadas de tanta pedrería, Manizales se cambió a “la ciudad de las puertas abiertas” y Pereira le ripostó como “la ciudad sin puertas”. Y entonces sucedió lo gracioso, pues Manizales se hizo “la ciudad de las mentes abiertas” y entonces Pereira, que no podía ser “la ciudad sin mentes”, trató de dar el golpe definitivo declarándose “la capital del eje”. Golpe que Don Cecilio trató de esquivar, no sé con cuánto éxito, declarando a Manizales “la capital cultural del eje” a Pereira “la capital comercial” y, trayendo a Armenia al paseo, acabó designándola “la capital turística”.

Son cosas, en fin, de una rivalidad fraterna, como la que se da entre el hermano mayor y los hermanos menores. Aunque en este caso, la hermana menor -Pereira- creció y se hizo tan grande que bien puede disputar, y merecer, títulos mayores. ¿O qué opina Don Cecilio?

Un suscriptor

Inconforme con la frase de la página Editorial

Señor Director:

Algo viene pasando con la frase que aparece en la esquina superior derecha de la página Editorial del periódico. Inicialmente, publicaban frases de grandes pensadores, muy enriquecedoras para quien las leyera. Luego, evolucionaron a frases más propias de la Nueva Era o de filosofías orientales que le dicen muy poco a quien no pertenece o no se interesa por esas corrientes. Ahora, están publicando frases de literatura contemporánea, que pueden decir algo a quien esté leyendo un libro en particular, pero que no tienen sentido para la mayoría de las personas. Sugiero, respetuosamente, volver a frases que tengan sentido y sean enriquecedoras para el público en general: no puede ser que resulte más interesante la frase que aparece en el crucigrama que la de la página Editorial.

Julio César López Henao

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Nota de la Dirección:

Gracias por escribirnos. La verdad es que en el espacio referido por usted publicamos todo tipo de frases, algunas clásicas más célebres que otras que se inscriben en tendencias modernas de pensamiento. Le apostamos a la diversidad, a la apertura, la inclusión y con ello, esperar satisfacer expectativas de más lectores. Bien puede proponernos algunas frases de su preferencia y con gusto, consideramos su publicación. Un saludo.

Vida como estamos
Señor director:

Vida mía, vivida hasta ahora como haya sido; con alegrías, placeres, sufrimientos y abrojos; con aciertos, errores y fracasos. Ya está vivida y no hay nada qué hacer para ir al pasado y cambiar las turbulencias. Pero por el río siempre pasa el agua cristalina, como también las rocas, como el agua que no se desea beber ni menos ver correr.
Todo lo vivido que me hizo feliz por instantes se queda perenne en mis bellos y espléndidos recuerdos, en los que fui el labrador; más los momentos lúgubres, no de todos fui el culpable ni menos su arquitecto, desconozco con amargo desencanto cómo llegaron a mi vida.
Siempre anhelé en mi humilde existencia saborear las mieles y el fragante néctar de las flores, más no siempre lo alcancé; las espinas muchas veces se enclavaron y enquistaron en mi alma, haciéndola suspirar y padecer. No quiero quejarme, vida, ni justificarme menos; te acepto y agradezco lo bueno que me diste. No podré asegurar jamás si el destino o la suerte son verdad, creo más en lo que aparece, en lo inesperado o planeado, en lo súbito y en lo que hace parte del mismo cosmos y la razón humana. Ya esperando el último ocaso de mi vida, creo haberla amado, creo que me amaron y creo que mucho amé, no obstante las noches y días grises.
Creo, vida, que si no quedamos completamente en paz, entenderás y comprenderás que fuiste tu quien debió darme fuego y calor con suplicio y compasión, pues fuiste tu quien me trajo sin consultar mi querer, más te puedo decir que me iré sin ganas de volver.
Alvaro Alzate Ussma

Ya hay caos en los servicios de salud
Señor director:

La presentación del nuevo proyecto sobre salud no es motivo para que las EPS y las IPS atiendan en forma deficiente a los pacientes. Somos la mayoría de los pacientes afiliados a las Empresas Promotoras de Salud (EPS) que nos identificamos plenamente con lo señalado en el editorial Asunto de vida o muerte, en el periódico El Tiempo, edición del 11 de octubre; en efecto, “el deterioro de la atención en salud es evidente”. La fiel radiografía de la actual situación de los servicios de salud en Colombia la demuestran las estadísticas sobre reclamos ante la Superintendencia del ramo; los pacientes quedamos al borde de un infarto cuando escuchamos las tres frases de moda en las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS): no hay agenda, no se están programando citas por razones administrativas y no hay citas con médicos especialistas. Ya es palpable la catástrofe o el colapso en clínicas y hospitales. Tal y como lo consideramos muchas personas, la presentación del nuevo proyecto sobre salud no es motivo para que las EPS y las IPS atiendan en forma deficiente a los pacientes.
Jorge Giraldo Acevedo

¿“Ay Manizales de Malva”?
Señor director:

El 7 de octubre del presente año encuentro la explicación a lo que tanto me ha inquietado y como amante de las letras he discutido con varias personas sobre Manizales del alma o de malva, quedando la duda, no para mí sino para mis contrincantes quienes insistían, insisten y seguirán insistiendo en que es “del alma” y obcecados creen tener la razón, sin averiguar, ni indagar teniendo en cuenta el texto original. Gracias al columnista Francisco Javier González tuve la oportunidad de hallar un argumento serio, con autoridad, creíble y convincente que la palabra es malva y no alma, como se repite con el significado semántico no es difícil colegir.
Es fácil deducir que la intención del poeta Guillermo Jesús González Ospina fue en lenguaje figurado emplear la palabra malva, que en mi concepto poético es más adecuada por aquello de su significado y no alma, que tiene un significado afectivo y hasta sentimental. En los viejos tiempos, cuando el médico y los medicamentos estaban en la huerta de la casa, la malva era una planta de las malváceas, cuya infusión quitaba la fiebre. Luego, haciendo una transpolación, el poeta se refirió a esta hermosa ciudad como: Fresca como la malva, es decir hace más de 60 años, cuando Manizales sí era fría. Esta es una de las ventajas de tener columnistas idóneos y serios que no se van por las ramas y plantean temas que valen la pena leer. Muchas gracias señor columnista, por reafirmar lo que yo siempre entendí y que con su valioso aporte no quedan dudas. Ver el significado de malva como vegetal en Larousse, para no perder la costumbre de consultar a este maravilloso amigo y compañero.
Elceario de J. Arias Aristizábal

Oscurantismo sexual
Señor director:

En LA PATRIA del viernes 6 de septiembre, el columnista Fuad Gonzalo Chacón registra con datos numéricos la censura de libros en colegios y bibliotecas públicas de Estados Unidos. El título del artículo: El abrazo del oscurantismo, expresa bien tal conducta asumida por unas comunidades antisexuales y erotófobas que han sido influenciadas por sociedades y familias educadas en marcos teóricos del judeocristianismo y el islamismo. Referencia el tema de la violencia sexual, la comunidad LGBTIQ+ y los transgénero; además, se socializan los conceptos de obscenidad y pornografía que han resultado importantes hasta para dirimir ante la justicia situaciones en las que se vulneran derechos humanos y que el maestro Helí Alzate estudió con profundidad el siglo pasado en la Universidad de Caldas y de paso dejó bien definidos dichos conceptos.
Culturalmente la sexualidad humana ha sido estigmatizada y macartizada, resultado del pensamiento antisexual que ha originado falsas creencias, de alguna manera influenciados por religiones que incidieron en el mundo occidental, provocando la prohibición del ejercicio de la función sexual humana y la función erótica. Resulta injustificable que a estas alturas del siglo XXI se sigan descalificando las actividades sexuales o el ejercicio de la función erótica con el pretexto de que es violatoria de unos códigos -mandamientos- religiosos. Siendo estudiante de la especialización en Educación Sexual, hace treinta años en la Universidad de Caldas, conocimos el incidente de un alto prelado de Manizales que había mandado a recoger en las librerías de usados los documentos que se referían a la sexualidad asumiendo el costo, y adicionalmente enviando carta a la Universidad solicitando que se prescindiera del profesor Alzate, declarándole la excomunión, con copia al profesor, quien respondió la misiva con respeto y diplomacia, argumentando en uno de sus apartes: “Es imposible física y metafísicamente la excomunión, porque yo nunca he comulgado”.
Los estudios científicos permiten cerrar la brecha entre la ciencia y las especulaciones teóricas que se transfieren a través de las creencias, fieles dispensadoras de mitos y tabúes. La obscenidad es la exhibición de los órganos sexuales o la realización de actividades sexuales en público y la pornografía es la descripción gráfica, figurativa o sonora de la obscenidad.
Rigoberto Escudero Osorio

Presidentes progresistas
Señor director:

La flamante presidente (o presidenta) de Méjico dijo hace poco que el doctor Gustavo Petro es el único presidente progresista que ha tenido Colombia. Se ve que ella no conoce nuestra historia: José Hilario López y la libertad de los esclavos, Rafael Reyes con “menos política y más administración”, López Pumarejo y la revolución en marcha, Lleras Restrepo y la transformación nacional, Belisario Betancur y “sí se puede”. Y faltan datos de otros municipios...
Ciudadano

El poder y grandeza de la empresa privada

Señor director:

Bajo la atmósfera Andi ha crecido todo lo demás: Fenalco, Acopi, Cámaras de Comercio, Asoexport,... y muchas otras agremiaciones que reúnen importantes empresas en variados sectores de actividad que han hecho grande y fuerte la economía de Colombia. El Estado, con excelencia en las políticas, ha brindado condiciones y buen ambiente para el crecimiento, pues ha tenido la convicción de que con libertades cumple mejor su papel, que no puede, porque no sabe, sustituir a la empresa privada. Si esa virtuosa convicción la llevamos al cuarto de los reblujos: fracasa el ritmo de crecimiento de la economía. El Estado por ningún motivo puede ponerse a jugar parqués con Colombia. Hay que seguir con el ajedrez. No hay que olvidar la sentencia de un experto famoso, que sigue más viva que siempre: “Tanto Estado como sea necesario, pero así mismo tanto mercado como sea posible”.

Rogelio Vallejo Obando

 

Informales con sonido propio

Señor director:
Nos van a enloquecer los comerciantes informales motorizados que ahora utilizan potentes equipos de sonido para promocionar sus productos. Primero pasa el de la mazamorra y a todo volumen dice que es la mejor del país. Luego sigue el que compra la chatarra a dos y tres pesos. Después pasa el de las arepas maduro. Le sigue el de la cacharrería china ambulante, el de las frutas, el del aguacate, etc. Le duele la cabeza a cualquiera viendo y oyendo pasar por la casa éste desfile escandaloso e interminable todos los días a mañana y tarde. Y como siempre hemos dicho: todos calladitos, empezando por quienes nos gobiernan.

Bernardo Molina Marulanda

Peor el remedio
Señor director:

Sí, porque uno encuentra por todas partes las bolsas plásticas llenas de popó de gatos y de perros. Y si antes de tomarse esta medida los parques, calles y plazas se veían saturados de inmundicias y malos olores, ahora es peor porque la gente se para en las bolsas, las hace explotar y contaminan de heces andenes, comercios y calles sin ninguna consideración. Lo malo es que todos seguimos calladitos y no aparece ninguna solución.
Bernardo Molina Marulanda

Ver que nada pasa en escalas de San Jorge
Señor director:

Cuando se viven varios años en un mismo sector, observando los cambios que se van dando en la infraestructura urbana, del cambio de casas grandes por altos edificios, reparaciones de calles, desaparición de teléfonos públicos y nuevos negocios; se ve también con tristeza que la vía -escalera del centro- de acceso a la avenida Santander continúa deteriorada, peligrosa y sin mantenimiento, en la cual vemos regularmente personas caídas al resbalar o pisar mal, debido al estado de deterioro de sus peldaños (me refiero a las del centro en zigzag); solo las escalas laterales tienen protección de barandas, y estas escalas fueron construidas con pasos más altos de lo normal por lo que las considero difíciles para quienes somos adultos mayores y con algo de problema en las rodillas, prefiriendo utilizar las más descansadas, las del centro, eso sí, posiblemente peligrosas porque no tienen barandas.
El pasado 1 de octubre ocurrió un accidente fatal. Un adulto mayor de 77 años perdió el equilibrio, y al no tener de dónde prenderse se fue de bruces, dando su cabeza de frente en un escalón. Murió de inmediato y luego rodó a la otra sección de la misma escalera; según evidenció una de las cámaras del edificio Arcobaleno. En una nota de La Patria, días siguientes, hacen comentario del fatal incidente, el redactor investiga en la Secretaría de Infraestructura de Manizales, que socarronamente responde que para eso tenemos las escalas laterales que tienen barandas. Me pregunto: ¿para quienes deseamos caminar por las que están por el centro de la calle no tenemos derecho a que las reparen y le brinden protección con barandas?
Envíe carta al señor alcalde y hasta el momento no se tiene respuesta; La comunidad del barrio San Jorge y quienes nos movilizamos a diario por esta calle escalera merecemos que la oficina a cargo y el señor alcalde inviertan en nuestra seguridad.
Albeiro Patiño Moreno

Viaje al norte de Caldas

Señor director:

Tomar la carretera hasta Aguadas es ir al norte y se considera una aventura, como si se fuera a otro país. Se dice que la carretera es mala y peligrosa, y el camino muy aburrido. No es cierto. Si se acepta lo que hay, se toma el ritmo de una carretera de montaña con sus limitaciones y algunos pasos, muy pocos, sin pavimento, y se disfruta del paisaje, el viaje es muy interesante. Pensaba hacer una parada en Salamina, luego en Pácora, dormir en Aguadas y de regreso ir a Riosucio. Salamina es un pueblo solitario, adormecido en su convencimiento de ser mucho. Una vuelta a la plaza; un café de greca antigua, excelente; una mirada detallada a su bella iglesia, que no tiene a pesar de su amplitud, columnas en medio y se conserva fiel a su origen.

Pácora estaba en Fiestas, las de Agua se llaman. Su bandera de picos es feísima, pero la exhiben con orgullo. Nos vimos inmersos en el desfile de recibimiento a las colonias, como llaman, por lo que no hubo manera de detenerse. Pudimos ver poco, la plaza estaba cerrada. Almorzamos en las afueras, donde el pescado va del estanque de agua al de aceite en un par de voliones. Al preguntarle a un motociclista por ese restaurante, solo dijo: “síganme, los llevo”. A las 4:00 estábamos en Aguadas. Café secándose al borde de la carretera, fincas sembradas con plátano y café. El pueblo es grande, limpio, pujante, activo, y en crecimiento. Hecho sobre las montañas, pero sin estar limitado por ellas ni encerrado. El hotel Entre Brumas, que habíamos reservado, es bonito, bien hecho, y bien atendido. Al decir Aguadas, se dice sombrero y se dice piononos. Abundan, pero no tanto. La atmósfera es transparente, las calles conservan aquí y allá sus casonas de antes. Algunas se derrumban, pero es inevitable, como es inevitable que se hagan comercio o parqueaderos. La estadía es grata.

Visto lo que había que ver, y vuelto a ver, como a las 10:00 de la mañana tomamos el camino a La Pintada. El paisaje es alucinante. Uno se sorprende al pensar que va al Cañón del Colorado a ver lo mismo, pero en polvo y rocas, cuando aquí es vegetación, verde intenso e inmensidad viva. Al abrir la puerta del auto, allí al lado del río Cauca, se siente el fogonazo de sus 30 y tantos grados. Vuelta en U y vamos a casa, Riosucio será para otro día... Espero que lo disfrute tanto como el viaje mismo.

Luis Fernando Gutiérrez

La muerte
Señor director:

Hace poco envié un mensaje al enterarme de la muerte de un joven de 23 años que angustió a su familia. Esto me trajo algunos recuerdos. A mis 17 años, en el centro literario del seminario Ibagué, leí un discurso sobre el tema de la muerte, que un jurado consideró meritorio ser transcrito al libro de oro para conservarlo. Pocos años después, escribí dos cuentos que mis compañeros consideraron debían ser publicados y los envié a El Espectador; ambos con el tema de la muerte: obsesión rascacielos y no he visto nacer a nadie (otro escrito para contarlos). Volví a encontrar este tema en el himno colegial que canté durante 37 años: cumpliendo con valor el deber hasta morir.
Reiteraba a mis estudiantes que lo que es una razón para vivir, es también una razón para morir. Los ideales, sueños, seres que amamos, son razón para dar la vida. La muerte es inevitable para los seres humanos. Pero ocurre algo muy significativo. Mi muerte no es ni será nunca una experiencia subjetiva. Somos conscientes de la muerte de los demás, pero nunca seremos conscientes de nuestra propia muerte; dentro de sí mismo hay una energía espiritual indestructible: “Nada se crea, nada se aniquila, todo se transforma”.
En teología se afirma que la resurrección de Cristo no es la reanimación de su cadáver. Cristo muere y resucita en la misma vivencia. No hay que decir resucitará, la energía vital permanece. Hay una analogía sencilla para pensar: el ser humano siente sed, siente hambre. Existe algo con qué calmar la sed y el hambre. El ser humano desea vivir, tiene un instinto de conservación de la vida, lucha por ella. Se protege desde niño con un instinto de vida inscrito en sus células. Y así como hay agua para la sed y alimento para el hambre, hay eternidad para este deseo de vida permanente.
Aparece el amor, que sino pretende ser eterno no es amor. Nunca dejas de amar cuando el amor es verdadero. “Hemos pasado de la muerte a la vida, cuando amamos”.
Alirio de los Ríos Flórez